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El presidente Mauricio Macri fue insultado e increpado por manifestantes hoy cuando salía de la iglesia del Santísimo Sacramento en Tandil, donde pasa la Semana Santa con su familia.
Macri había llegado a la iglesia en compañía de su hija más chica, Antonia, y fue increpado por un grupo de manifestantes cuando se subía a su camioneta.
Las personas que lo abordaron tenían carteles que pedían por la libertad de Milagro Sala y también en reclamo de la paritaria nacional docente.
En la iglesia, el Presidente se reunió con el intendente Miguel Lunghi y el padre Raúl Troncoso, párroco del lugar. “Hace mucho bien venir acá al lugar de mis raíces, contactarme con momentos de mi infancia”, destacó el mandatario y reiteró su compromiso de “querer ayudar a los tandilenses y a los argentinos”.
En su ciudad natal, Macri visitó la casa de su familia materna, los Blanco Villegas; y pasó por un local de venta de charcutería.
En diálogo con Eco, también dijo que “había comprado un par de kilos de queso, que le mostró la casa de su abuela a su hija Antonio” y le recordó el consejo de “hacer la siesta siempre, antes de ir a jugar”.
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