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Por la noche, asado con Máximo Kirchner. Al mediodía, menú frugal con Florencio Randazzo. El caminito que en pocas horas recorrió Martín Insaurralde es un registro brutal de la efervescencia del PJ.
El alcalde, que los ultra K antes criticaban y ahora vindican, ensayó un cabriola solo apta para expertos: tras pactar la paz con La Cámpora y el peronismo territorial fue a ver a Randazzo para convidarlo con la unidad.
El martes a la noche Insaurralde compartió una mesa larga con Máximo Kirchner, Fernando Espinoza, Jorge Ferraresi, Ariel Sujarchuk y, entre otros, Francisco “Paco” Durañona. Ahi todos juraron, en voz alta, que irán juntos a la elección. El lomense avisó que se vería con Randazzo.
La cena -en el quincho de Juan Cabandié, en Caballito- estaba armada desde hacía días pero sumó fibra cuando anteayer el ex ministro reforzó su plan de pelear las PASO del PJ al salir a buscar avales, tal como contó Clarín.
Pasacalles de campaña de Florencio Randazzo y Julián Domínguez
En medio de ese golpe a golpe, Insaurralde cenó con la cúpula de La Cámpora, los alcaldes K y los del grupo Fénix, y al día siguiente almorzó en Puerto Madero con el ex ministro que promete ser candidato a senador.
Gente que vive a dieta, en el almuerzo pidieron pollo y abadejo. La salsa fue política: se miran de reojo, se sospechan y se asumen rivales. Hacía rato que se amagaban con un mano a mano que ocurrió ayer.
“Si no queda otra vamos a las PASO pero primero intentemos la unidad” pidió el lomense. Randazzo se mostró dispuesto a charlar pero sin renunciar a su plan A: ayer se reunió con diputados, intendentes y referentes “sin tierra” para diseñar la logística para la primaria.
“No podemos ir a una guerra porque después, gane el que gane, tenemos que estar juntos” coincidieron, ya más calmos, y vieron que en cada club tienen factores críticos: la enemistad manifiesta entre La Cámpora y el Evita.
En el asado, MäMáximo gambeteó las definiciones sobre lo que hará su madre y habló de unidad. “Ya nos fue muy mal con lo de Aníbal y Julián” planteó sobre una primaria interperonista.
La unidad la militan la mayoría de los intendentes que no quieren que una PASO les contamine los distritos. Sujarchuk de Escobar, Durañona de Areco, Ferraresi (Avellaneda), Walter Festa (Moreno), Juan Ustarroz (Mercedes), Gustavo Menéndez (Merlo) y Leo Nardini, de Malvinas y vice del PJ nacional, defendieron esa tesis. Y la promueve el eje Matanza que integran Fernando Espinoza y Verónica Magario.
Hasta Jorge Taiana, de la mesa del Evita, ayer puso un matiz y pidió la unidad del peronismo para “frenar el proyecto restaurador de Macri”. Cruje todo: el grupo Esmeralda evolucionó y ya es pluricelular. Un subgrupo está con Randazzo, otro con Daniel Scioli y los K.
Hay, para la semana que viene, un plan en agenda: una cumbre el martes para armar lo que prebautizan como “Frente Azul y Blanco”, confiaron a Clarín dos dirigentes que estuvieron en la cena.
La percepción de varios de los alcaldes es que la ex presiente no jugará. “¿Sino porqué Máximo pide tanto la unidad? Si Cristina fuese candidata, encolumna a todos no por amor, sino porque es la que mide” interpretó un intendente.
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