La inflación se desacelerará este mes hasta la zona del 3%, según el relevamiento de la mayoría de los analistas. Sin embargo, los bancos no solo no están bajando las tasas sino que muchos optaron por aumentarlas. El motivo detrás de este comportamiento es el aumento de la demanda de crédito, que obliga a las entidades a conseguir más liquidez para satisfacerla.
La tasa Badlar que es la que refleja cuánto pagan los bancos privados para captar plazos fijos de más de un millón de pesos, se mantiene firme arriba de 40% pero en las últimas jornadas ya subió a 42%.
Por otra parte el Tesoro también decidió mantener sin cambios los rendimientos de las Lecap y de las LEFI, que son títulos que se colocan a inversores y bancos respectivamente.
Esto significa que a medida que avanza el segundo semestre, se consolidan las tasas de interés positivas en términos reales, es decir que los rendimientos en pesos le están ganando a la inflación.
Ya a mediados de año Luis Caputo había anunciado que el período de tasas de interés negativas había llegado a su fin. De esta forma, el ministro de Economía buscó incentivar las colocaciones en pesos para ganarle a la inflación y a la evolución del dólar. Y por ahora lo viene logrando.
Pero lo que más entusiasma al equipo económico de este proceso es el incremento del crédito, que viene creciendo a tasas de dos dígitos mensuales hace varios meses, superando con amplitud a la inflación.
Esta demanda crediticia permite, a su vez, que se reduzca el volumen de LEFI que el Tesoro coloca entre los bancos para absorber la liquidez sobrante en el sistema financiero. De hecho, el stock de estas letras cayó en el último mes de 13,9 billones de pesos a 11,2 billones, casi un 20%.
Un informe de la consultora ACM resaltó que “la reciente reactivación del crédito debería ser un factor clave para impulsar la actividad económica, impulsado principalmente por un mayor consumo”.
“A esto se suma -agrega- la recuperación incipiente de los salarios, apoyada en la estabilización de la inflación en torno al 4% y más recientemente al 3%, lo cual podría contribuir positivamente a una mayor dinámica de crecimiento”.
Las tasas positivas, es decir por encima de la inflación, son imprescindibles no solo para remunerar adecuadamente a los ahorristas, sino también para evitar una corrida al dólar. Además, es una parte central de la estrategia de levantar gradualmente las restricciones cambiarias, que es el plan que se mantiene para 2025
Sin embargo, este impulso no alcanzaría para mejorar los números del 2024, que terminaría con una caída de 3,6% a 3,8%. La expectativa es que el año próximo llegue la recuperación. El FMI proyectó un repunte de 5% de la actividad, un cálculo que se ubica en el mismo nivel que el que figura en el proyecto de Presupuesto 2025.
El incremento del stock crediticio también implica una mayor demanda de pesos en el mercado, lo cual tiene otra connotación. Fue el propio Javier Milei que en las últimas horas condicionó una mayor liberación de los controles cambiarios a que se vaya eliminando el sobrante de pesos que “todavía” existe en la economía. Pero la evidencia indica que ese dinero excedente se va reduciendo de manera acelerada.
A su vez, las tasas positivas (o sea por encima de la inflación) son imprescindibles para que la demanda de pesos se mantenga firme y evitar que se vayan corriendo al dólar. En ese sentido, todo indica que se está armando el escenario de una economía que tendrá como mínimo un cepo atenuado el año próximo.
Javier Milei, por su parte, le tiró la responsabilidad al FMI de salir del cepo cambiario. El Presidente indicó que la liberación de las restricciones finalmente dependerá de los dólares frescos que el Fondo esté dispuesto a desembolsar en un futuro acuerdo, algo que por ahora parece algo lejano.