Siempre al aproximarse el mes de noviembre los amantes de la Historia y en particular de la regional, ponemos la vista en el almanaque, y sus efemérides, y de una u otra manera fijamos el día del natalicio del comandante Andrés Guacurari Artigas y que actividades, charlas o debates se realizaran en torno a este acontecimiento.
Por Juan Catalán y Hugo Brites
Es en este marco que creímos importante resaltar a modo de un sencillo homenaje al comandante una serie de notas que intenté el rescate de las penumbras históricas a los líderes guaraníes que desarrollaron roles importantes en el proceso de luchas por la independencia y las formas de organización que iban tomando lo que fuera los dominios de la corona española Contexto que posibilitó el auge Político – Militar de los pueblos guaraníes Una vez ejecutada la expulsión de la compañía de Jesús en 1768, los pueblos Guaraníes pasaron por varios procesos, quizás el más importante de todos fue el paulatino derrumbe del sistema económico practicado en el Conjunto Jesuítico Guaraní, a partir de este se desprende otro no menos importante, el migratorio principalmente en busca de trabajo en las estancias correntinas, entrerrianas, cómo así también el sur de Brasil y en algunos casos en los centros urbanos en plena expansión, ya que muchos de estos guaraníes eran trabajadores calificados y altamente demandados en un mundo de trabajo en plena transformación. También las epidemias no fueron un dato menor, ya que azotaron con bravura las antiguas Reducciones y diezmaron la población indígena. En definitiva, se podría decir que la combinación de estos factores terminó sucumbiendo este proyecto político económico y cultural, producto de un sistema de relación-alianza entre los padres jesuitas y las estructuras políticas ancestrales guaraníes, basado en la autoridad del cacicazgo y sus formas del ejercicio de poder. Pero está larga experiencia de más de ciento cincuenta años no paso desapercibida y claramente marco a fuego a las poblaciones guaraníes. El echo de que de alguna u otra manera generaciones de estos habitantes hayan participado activamente de un proyecto que buscaba en cierta medida un funcionamiento independiente de las disputas e intereses de las Coronas tanto española como portuguesa, incubaron en esto ideas de autodeterminación y soberanía, y es en este sentido que no resulta difícil pensar la rápida adhesión a las causas de emancipación de este nuevo sujeto histórico en la región, que, si bien y a simple vista eran pobladores naturales originarios, culturalmente eran decididamente mestizos.
Miguel Chepoya “La Trompeta de la Libertad”
En este primer artículo abordaremos de manera sintética la vida y su itinerario político militar de Miguel Chepoya también conocido como “el clarín de la gloria”. Miguel Chepoya originario y en todos los sentidos de lo que fuera la Reducción Jesuítica Guaraní de Santa María la Mayor, actualmente Municipio de Santa María Provincia de Misiones Argentina, perteneciente a la línea del Cacicazgo Marayuguá, y que de los primeros años de su vida se conoce muy poco, por no decirlo casi nada, lo cierto es que a ciencia cierta se sabe que a los 18 años, se alistó como parte del Segundo escuadrón, de la Compañía Segunda del Regimiento de Granaderos a Caballo, conjuntamente con 280 naturales, paisanos de San Martin como este los llamara, y que se incorporaron a principios de 1813, y cumplió un rol clave como Trompeta de órdenes, participó de las campañas del Norte Salta y Tucumán, integro los ejércitos de los Andes, cruzo las Cordilleras y participo del proceso de la liberación de Chile y de allí continuó su itinerario a tierras peruanas dando cima a su agitado correr de campos de batallas de América hasta el enfrentamiento decisivo y final de Ayacucho. Se sabe que desde 1813 hasta 1824 el Trompeta de órdenes participó de todas las luchas encarnizadas por la independencia de las colonias españolas. También cabe destacar que fue integrante de contingentes de tropas que trajera consigo Morales y combatió activamente y en los lugares y momentos decisivos bajo las órdenes de San Martín, Belgrano, Rondeau, Simón Bolívar y Sucre Las fuentes lo destacan por su valentía, disciplina, compañerismo e ideales a prueba de fuego. Regresa a Buenos Aires el 13 de febrero de 1826 bajo las órdenes del coronel Félix Bogado cómo sobreviviente de lo que había quedado de aquel glorioso regimiento de granaderos guaraníes que abrazaron la gran epopeya Sanmartiniana de la Patria Grande. A partir de allí se va perdiendo las huellas del Trompeta de la libertad, pero algunos historiadores señalan que continuó su ruta posiblemente en la guerra con el Brasil.