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El Consejo de la Magistratura recién a fin de mes tomará una decisión en torno al cuestionado camarista federal penal Eduardo Freiler, involucrado ayer en un nuevo escándalo que podría reforzar la postura de sus acusadores, según informaron fuentes judiciales.
La demora en definir la situación de uno de los jueces apuntados por la Casa Rosada obedece a un viaje que a fines de esta semana realizarán a Roma varios consejeros, que se extenderá por una semana. Incluso alguno de los consejeros tiene previstas actividades en Europa por una semana más.
Así las cosas, el órgano encargado de promover la destitución de los jueces acusados de mal desempeño de sus funciones tomarán el asunto en la semana que se inicia el lunes 22. La idea es aprobar el dictamen acusatorio ya elaborado por el diputado oficialista Pablo Tonelli en comisión y esa misma semana pasarlo a la reunión plenaria del cuerpo.
En caso de aprobarse, Freiler, miembro de la sala I de la Cámara Federal penal porteña, sería automáticamente suspendido por 180 días y el asunto pasaría al Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, único órgano autorizado para destituirlo del cargo.
El magistrado tuvo que salir a explicar ayer por qué pagó parte de un automóvil de colección con cheques firmados por un empresario de Mar del Plata al que tuvo como parte en uno de los más sonados casos de narcotráfico.
La revelación de los cheques usados para pagar el vehículo -una cupé Mercedes Benz C250 Blue Efficiency- fue publicada ayer por el diario La Nación. Fuentes del Consejo de la Magistratura explicaron a Clarín que ya tenían parcialmente información del asunto porque esos cheques -doce por $ 7 mil cada uno- habían sido rechazados. Constaba en la información que habían reunido a través de diversos organismos públicos al investigar el patrimonio del juez.
Lo que no sabían los consejeros, según las fuentes consultadas por Clarín, es que el emisor de esos cheques estuviera relacionado con Freiler y menos aún que haya estado involucrado en una causa que pasó por las manos de ese juez. Este dato podría resultar determinante a la hora de resolver si se lo suspende y/o aparta de su cargo.
El empresario firmante de esos cheques con los que se pagó parte del valor del vehículo a una conocida concesionaria a partir de enero de 2013 es Raúl Alberto Mingini, quien dijo apenas conocer a Freiler cuando se lo presentó en un hotel el luego fallecido camarista Jorge Casanovas.
Sin embargo, Freiler dijo ser “amigo” de Mingini de hace muchos años y que él le prestó los cheques para pagar parte del auto. “Que lo diga en el Consejo de la Magistratura y que me citen a declarar. Voy a explicar que en 2013 estábamos concursados, emití un montón de cheques y se puede comprobar muy fácil que no soy amigo de él”, se defendió Mingini.
El empresario era el dueño de la casa de pastas Establecimiento DF SA, de La Plata, en una causa que tramitaba en Comodoro Py y en la que intervino Freiler, y reclamó a través de una hipoteca la propiedad de la estancia Rincón Grande, de Balcarce, que había sido adquirida por empresas fantasma vinculadas el narcotraficante mexicano Amado Carrillo Fuentes, más conocido como “El señor del los cielos”, del Cártel de Juárez.
Mingini tiene actualmente la explotación de la estancia aunque no está inscripta a su nombre. Pero ello fue gracias a un fallo de la Cámara Federal de Casación Penal ya que la solicitud había sido rechazada sucesivamente por el juez de primera instancia, Rodolfo Canicoba Corral, y por los camaristas Freiler y Eduardo Farah.
“Los cheques me los dio un amigo”, explicó Freiler. Y cuando le pidieron su nombre, respondió: “Prefiero no hacerlo. Es un amigo que tiene un establecimiento de pastas. El los puso por mí. Es un amigo de bastantes años que me dio una mano, nada más. Un amigo de La Plata”.
“No lo quiero mandar al frente”, explicó cuando le insistieron sobre quién era su amigo, pero cuando le mencionaron que en los registros comerciales figura que se trata de Raúl Alberto Mingini, Freiler tuvo que admitir: “Sí, es él”.
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