Solo resta encontrar el arma homicida. Por eso, en las próximas horas habrá una serie de allanamientos dispuestos por el juez de Instrucción Rubén Osvaldo Lunge.
La principal sospechosa, a la que incluso la prueba de parafina (test orientativo para saber si alguien disparó) le dio positivo, se llama Andrea M. (31) y es hija de la víctima. Desde el lunes pasado, la mujer residía con su madre en el inmueble de la calle Río Grande, donde Yess tenía un kiosco en la parte delantera del terreno. Precisamente en el negocio es donde dispararon contra la comerciante.
Sergio R. es otro de los detenidos. Es un ex convicto cuyo nombre sonó en primer término porque una hipótesis lo ligaba a la autoría del crimen por una supuesta venganza. Pasa que María Ester lo había acusado de intentar abusar sexualmente de una de sus nietas y se pensaba que en represalia podría haber cometido el ataque.
El hombre se presentó de manera espontánea y luego de comparecer ante el juez recuperaría la libertad, porque a la hora en que sucedió el homicidio habría estado en otro lugar.
El tercer detenido que tiene la causa es Paulino O. (24), al que atraparon en Caraguatay. Lo sindican como la pareja o ex pareja de Andrea M. y presunto cómplice del crimen.
Fue la propia Andrea quien llamó a la Policía para avisar que habían baleado a su madre. El escenario del homicidio está a dos cuadras de la Municipalidad y a una del hospital.
Las contradicciones de Andrea, la prueba de parafina y los indicios que indicaban que el tiro no había sido efectuado desde afuera del comercio, sino desde el interior mismo, desembocaron en la detención de la hija de Yess.
Andrea y su madre tenían una relación tormentosa, plagada de discusiones. La última habría sido el domingo y terminó el tragedia.