A través de la Resolución 21/2016, la jueza federal con competencia electoral María Servini de Cubría rechazó el recurso de amparo presentado por el Alejandro Karlen, un dirigente correntino y kirchnerista que obtuvo una de las nuevas bancas electas en octubre del año pasado.
La decisión de la magistrada tiene fecha del jueves de la semana pasada, pero recién se dio a conocer este lunes en la reunión que los diputados del Parlamento del Mercosur mantuvieron en Montevideo.
La presentación de Karlen es apenas una de las tres realizadas en la Justicia argentina contra la decisión administrativa de la Casa Rosada de no pagar sueldo a los nuevos legisladores. Pero la contundencia de la decisión de Servini de Cubría es elocuente: no sólo rechaza el pedido de amparo, sino que también ratifica la decisión del gobierno nacional de sólo cumplir con el pago de viáticos y gastos de traslado de los diputados.
“Se encuentra vigente la Decisión Administrativa Nº 152/2016, donde se encuentra contemplado el pago de los viáticos y de los gastos de traslado de los legisladores argentinos antes el Parlasur”, dice la Resolución 21/2016, según dice la Resolución a la que tuvo acceso Infobae.
La decisión de la magistrada se basó sobre todo en el hecho de que “el cuerpo legislativo se encuentra en período transicional, no cumpliendo aún al día de la fecha con el objetivo primordial para el que fue creado, por lo que sí el pleno del órgano no se encuentra conformado, difícilmente pueda sesionar con normalidad”.
En el encuentro de este martes, los legisladores del Parlasur que responden al Frente para la Victoria, el massismo e incluso un grupo de dirigentes de Cambiemos coincidieron en la necesidad de apelar al decisión de Servini de Cubría ante la Cámara Nacional Electoral. Casi todos quieren cobrar un sueldo por sus tareas en el Parlasur, que por el momento sólo funciona como órgano consultivo y no toma decisiones vinculantes para el bloque.
Una de las pocas en renunciar a su salario fue la patagónica Mariana Zuvic. Por lo bajo, sus rivales le reprochan que puede hacerlo porque su marido, el diputado y empresario Eduardo Costa, es millonario.