La Justicia brasileña se comprometió con los damnificados a determinar cuáles fueron los motivos que generaron el vuelco a un costado de la deteriorada carretera y qué responsabilidad tuvo el chofer del colectivo, Matías Fernández (30), quien fue beneficiado con la libertad provisional, pero sigue imputado en la causa por el delito de homicidio culposo.
En ese contexto, fuentes cercanas al expediente en calidad de representantes legales de algunos padres confirmaron que en los últimos días las autoridades del Ministerio Público Federal de Brasil recibieron los informes de las pericias hechas al tacómetro del colectivo, que marcaría de manera fehaciente la velocidad a la que se desplazaba al momento del hecho.
Si bien no se conoce oficialmente el resultado, los consultados se mostraron esperanzados de que resulte esclarecedor para definir la responsabilidad del conductor, quien en un primer momento negó exceder la velocidad y haberse dormido, pero los estudiantes sostienen todo lo contrario, ya que declararon que en ningún momento hubo siquiera un intento de frenar la unidad.
Ese dato fue ratificado por la Policía Civil del vecino país, que en un informe inicial indicó que no se habría detectado -mediante huellas sobre el pavimento- que el conductor haya activado los frenos, pero el transporte estaba en buenas condiciones y aparentemente circulaba a velocidades permitidas en ese tramo de la carretera.
También fueron sumadas a la causa las declaraciones de los estudiantes, padres y autoridades de la empresa de transporte y de viajes estudiantiles. En su momento, detectaron contradicciones en los relatos por lo que se ordenó avanzar con las pericias que ya fueron terminadas y otras en el lugar del hecho que no fueron concluidas, y además solicitaron informes al área migratorio del paso Santo Tomé-San Borja para ahondar sobre el supuesto exceso de pasajeros.
Más allá de eso, este diario pudo saber que otros padres buscan confirmar la versión de que el chofer al mando había llegado de viaje el 16 de diciembre las 11 y a las 14.30 subió al micro para llevar a los chicos. El propietario de la empresa lo desmintió asegurando que descansó 24 horas previo al viaje, pero las sospechas llevaron a buscar los registros de ingresos y egresos en terminales por donde pudo haber pasado, tarea que hasta ahora no habría arrojado resultados.
