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Un joven de quince años murió en Bahìa Blanca a raíz de la inhalación de gas butano durante una reunión con amigos.
La víctima se encontraba anoche en una vivienda de Castro Barros al 2700, en la localidad portuaria de Ingeniero White, a doce kilómetros de la ciudad.
Tras la aspiración del gas que emanaba de un encendedor, el joven sufrió convulsiones, por lo que los amigos que se encontraban con él dieron aviso de lo sucedido a la familia.
Un hermano lo trasladó por sus propios medios a al Hospital Menor de la localidad, donde se constató que había sufrido un paro cardiorrespiratorio que derivó en su fallecimiento.
Las autoridades médicas dieron cuenta de lo sucedido a la seccional Tercera de la Policía de White y la Fiscalía de Menores en turno abrió una causa sobre “averiguación de causal de muerte”.
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Especialistas médicos revelaron que la inhalación del gas butano, que además de en los encendedores se encuentra en las garrafas y en algunos aerosoles, es de uso frecuente entre jóvenes como un alucinógeno.
Al ingresar al cuerpo a través de las vías respiratorias, el gas desplaza al oxígeno y puede generar arritmia, palpitaciones e irritaciones.
La forma de contrarrestar estos efectos es a través de la inyección de oxígeno.
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