Desde las cinco de la mañana de este jueves, las 52 comunas y los más de 6 millones de habitantes de Santiago de Chile retrocederán a la “Fase 2”, tras haber estado desde el 23 de septiembre en la “Fase 3”. Éstas forman parte de las cinco etapas del “Plan paso a paso” un esquema de restricciones y libertades con las que el gobierno de Sebastián Piñera ha intentado controlar una pandemia que hasta hoy suma 20.429 decesos, incluyendo los casos sospechosos atribuibles a la covid-19.
¿Qué significa ese cambio? En teoría: vuelta a las cuarentenas totales sábado y domingo, la solicitud de salvoconductos para salir de la casa (y una sola vez por fin de semana), comercios no esenciales sólo podrán abrir de lunes a viernes y la prohibición de abandonar la capital hacia el resto de las regiones del país.
En la práctica, claro, es difícil saber la capacidad de adaptación a estas medidas considerando el nivel de relajo alcanzado y estimulado por los medios y por las mismas políticas económicas que se podrían resumir en reparto de cajas, pequeños bonos y el retiro del 10% de lo ahorrado en las AFP (administradores de fondos de pensiones).
El ministro de salud, Enrique Paris señaló el domingo en el balance de la pandemia, que esta medida se debe el número de casos diagnosticados ha aumentado en un 18% en la Región Metropolitana, como se conoce a la zona que comprende estas 52 comunas. Una cifra “de alto impacto” considerando la cantidad de habitantes y que preocupa muchísimo al gobierno, aseguró.
El ministro París explicó que, así como en Europa las segundas olas han sido mucho más grandes que las primeras, en Chile se espera prevenirlo con una iniciativa “transitoria, justamente destinada a evitar medidas mucho más extremas”.
Aunque el gobierno ha asegurado que Chile tendrá garantizadas 10 millones de dosis de la vacuna de distintos laboratorios distribuidas durante el primer trimestre de 2021, las vacunaciones masivas serían posibles de implementar recién desde junio del próximo año según la Sociedad de Medicina Intensiva (Sochimi), para pasado el mes de junio de 2021 la medida está más que justificada.
«Hay algunas vacunas que requieren una cadena de frío, con temperaturas de preservación de entre los menos 60 y los menos 80 grados y eso implica una lógica que no va a ser fácil de implementar», señaló en Radio Cooperativa la vocera de la institución Carolina Ruiz.