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Será una verdadera fiesta. No será la final del Campeonato Argentino y lejos estarán los equipos de sumar 40 goles. Pero será una verdadera celebración. Porque Adolfo Cambiaso, el mejor del mundo, será el protagonista central del partido que en Palermo jugarán Argentina y Uruguay por la octava edición de la Copa de las Naciones.
¿El otro dato especial? Cambiaso jugará junto con sus dos sobrinos, Bartolomé y Camilo Castagnola y Juan Martín Zubia frente a un adversario en el que se destacará nada menos que David Stirling, uno de sus compinches en La Dolfina con quien ganó en Palermo cinco veces.
Con su voz grave y la misma tranquilidad que tiene para andar a caballo a máxima velocidad y con la bocha siempre en la mira, Cambiaso dialogó con Clarín tras ganar la Triple Corona de Estados Unidos.
-La camiseta argentina, la familia, los amigos. ¿Qué te genera todo?
-Uff… mucho. La verdad que jugar para Argentina siempre es algo lindo y más en la cancha 1 de Palermo, pero que sea con mis sobrinos lo hace mucho más especial todavía. Es la primera vez que vamos a jugar juntos y va a significar mucho para toda la familia. Así que estoy muy contento.
-Bartolomé Castagnola tiene 16 años y su hermano Camilo, 14. ¿Será más diversión que un test en serio?
-Sin dudas. Para nada pensamos tomar riesgos y vamos a disfrutar. De hecho yo no iba a jugar, pero finalmente hice un gran esfuerzo para quedarme una semana más en Cañuelas previo a encarar la temporada británica; así que lo voy a aprovechar y disfrutar. Aunque generalmente se disfruta ganando y eso es lo que vamos a intentar hacer.
-Nunca jugaron juntos…¿Pudieron practicar al menos?
-La verdad es que, además, a mis sobrinos los vi jugar poco. Sólo en la final de la República hace un año, pero se habla maravillas de ellos. Espero poder estar bien organizados adentro de la cancha. Ellos tienen un buen equipo, al igual que nosotros, así que será un muy lindo día para ver polo.
El mejor de todos, el que es querido no sólo por su talento sino por su carisma, volverá a jugar la Copa de las Naciones por segunda vez en su carrera luego de disputar la primera edición en 2009 y llevarse el título junto a Pablo Pieres, Hilario Ulloa y Gustavo Usandizaga. Pero no sólo por eso, esta edición de la Copa tendrá un condimento especial ya que las disputas de Cambiaso y Castagnola, su cuñado y compañero de tantos años en La Dolfina (ganaron juntos cinco títulos en Palermo y en Ellerstina habían conseguido otros dos pero en 2010 Cambiaso decidió dejarlo afuera del equipo de Cañuelas y reemplazarlo por Nero), fueron muchas veces un tema importante de conversación dentro de la misma fraternidad del polo.
-¿Tendrá un condimento especial que dos de tus compañeros sean los hijos de Castagnola?
-Ojalá sirva para unir a la familia. Estamos todos en esa misma sintonía de unir a todo el polo y esta es una oportunidad que quiero aprovechar. Va a ser especial también para Camilo y Bartolito poder jugar conmigo en Palermo.
-Además dos de tus hijos también participarán de un día muy especial porque Mía jugará para el seleccionado femenino y Adolfo lo hará para el equipo argentino de menores. ¿Ellos ya tienen el bichito del polo metido en la sangre?
-Definitivamente. Además se dedican mucho y le apuntan de lleno. Y juegan bien. Yo creo que están en una edad para divertirse y no tienen que sentir ninguna presión. Yo pensé mucho en que Poroto esté en el equipo. Todavía es chico pero también pudo haber sido un momento muy especial para mí.
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No lo tenía en los planes pero el pedido del ahijado cambió todo
Con el objetivo de fomentar el vínculo entre Argentina y el resto de los países, en 2009 la Asociación Argentina de Polo puso en juego la Copa de las Naciones. Para Adolfo Cambiaso será la segunda participación y no es el único que tiene experiencia. Juan Martín Zubía jugó en 2014 y 2016 y Bartolito Castagnola también el año pasado. Ambos buscarán conseguir su primer título y, en el caso de Camilo Castagnola, será su primera vez en la Copa que tiene a Argentina como pentacampeón.
¿Cómo se formó el equipo? “La idea no era jugarla, pero me llamó Bartolito, que es mi ahijado, y me convenció. Me pareció un momento justo para poder jugar con ellos. En el caso de Juan Martín Zubia sí fue una idea mía porque creo que es uno de los jugadores que está en ascenso, así que era una chance especial desde todos los aspectos”, admite Cambiaso con el resto de los chicos a su lado.
“Es un lujo. Estoy encantado por la invitación y por tener la chance de volver a jugar para Argentina”, fueron las palabras que deslizó Juan Martín Zubia. “¡Dale Pilo! ¡Decí unas palabras!”, le gritaron a Camilo en conferencia de presentación del partido. Pero para él, como para su hermano Bartolomé, la vergüenza fue más fuerte. Los jóvenes de 14 y 16 años respectivamente prefieren hablar adentro de la cancha, claro.
En el palenque de enfrente los espera David Stirling, que no ocultó el orgullo que representa para Uruguay poder estar en Palermo. “¿Cómo lo vamos a marcar a Adolfito? Buena pregunta. Estamos todos buscando eso, y sino preguntale a sus rivales de siempre si saben la fórmula. Pero vamos a salir con el cuchillo entre los dientes, aunque no nos vamos a preocupar sólo por él porque hay otros tres que vienen en ascenso y juegan un disparate”, confesó, entre risas, uno de los mejores amigos de Cambiaso. El resto del equipo uruguayo lo integrarán Carlos Mariano Álvarez, Juan Curbelo y Alejo Taranco.
“Será una día para ir a disfrutar del polo, en familia”, fue una frase que se escuchó por Palermo durante la semana. Así, entre grandes y chicos, familiares y amigos, la emblemática cancha 1 vivirá un acontecimiento único y especial y ambos, Cambiaso y Stirling, lo recordarán para siempre.
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