Destrozos, sangre y locura: así quedó el estadio de Independiente tras la barbarie

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Los incidentes ocurridos en el partido frente a Universidad de Chile dejaron imágenes devastadoras en todos los sectores de la cancha. Se espera que la Justicia actúe para investigar lo ocurrido y determinar responsabilidades.

Los gravísimos incidentes que se produjeron en el partido entre Independiente y Universidad de Chile, correspondiente a la vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana, dejaron serios destrozos en el estadio Libertadores de América. El encuentro fue detenido a los dos minutos del segundo tiempo cuando empataban 1-1 (los trasandinos se imponían por 2-1 en el global) y luego la Conmebol determinó la “cancelación” del compromiso.

Con la desconcentración del público y el paso de las horas, los pasillos de la cancha del Rojo se convirtieron casi en un escenario de posguerra. Desde estragos en los baños hasta portones derribados, pasando por fierros arrancados y rejas forzadas. En varios sectores quedaron vestimentas de los hinchas visitantes -luego de la agresión de la barra local- y manchones de sangre.

Algunos de los chapones que cubren las paredes laterales también fueron extraídos para usarse como proyectiles, se vandalizaron varios puestos de comida y el micro del plantel de Universidad de Chile también fue atacado cuando los futbolistas todavía estaban dentro del estadio. Muchísimas butacas extraídas de sus lugares y piedras de diferentes tamaños por doquier.

Se espera que la Justicia intervenga para realizar un allanamiento e investigar lo sucedido en el lugar, además de determinar responsabilidades. El operativo contó con alrededor de 650 policías de la Provincia de Buenos Aires y 150 efectivos de seguridad privada que en ningún momento ingresaron a la tribuna donde estaban los simpatizantes visitantes: allí comenzaron los incidentes y luego también ingresó la barra de Independiente para tomar venganza.