Rodolfo Arruabarrena y Guillermo Barros Schelotto: estilos diferentes, números parecidos

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Además de la resonancia de sus apellidos, Arruabarrena y Barros Schelotto comparten el honor de ser los primeros discípulos de Bianchi (ayer cumplió 68, felicidades) en dirigir a Boca. Es un honor que habrán imaginado Bermúdez, Schiavi, Cagna, Cascini, Basualdo, Palermo y Abbondanzieri cuando eligieron el oficio de coach. Rodolfo y Guillermo, que también coinciden en haber hecho buenas gestiones al frente de clubes del GBA, difieren en el modo de conducir. Sobre todo en los partidos, al Vasco se lo ve más sereno que al Mellizo.

Otro aspecto vinculante, fuera del dibujo 4-3-3 y la elección de sacos oscuros en ocasión de partido, son las estadísticas de ambos en torneos largos. Arruabarrena cerró la fecha 21 del certamen 2015 con 14 triunfos, cuatro empates (los cuatro que sumaría en toda la competencia) y tres derrotas: 46 puntos. Cumplido igual tramo del fixture de esta temporada, el equipo de Barros Schelotto contabiliza 45 unidades (13-6-2). Anotó nueve goles más (45 a 36) la versión actual y recibió uno menos (17 contra 18) la anterior. El Boca 2015 mantuvo su arco invicto en 10 de las 21 jornadas y el Boca 2016/17, salvo en el debut ante Lanús y el domingo contra Rafaela, marcó en todas.

Aquella vez, San Lorenzo era líder. Ahora está ocho unidades abajo e involucrado en la Copa. Newell’s, único escolta a tres de distancia, navegaba por media tabla en el 2015 (16°).

Hay más jugadores comunes en ambos ciclos de lo que sugerirían las habituales renovaciones impulsadas desde la conducción del club. Guillermo Sara atajó las dos veces, como relevo de Agustín Orion primero y ya como titular después. Carlos Tevez fue determinante en la segunda mitad con el Vasco y en la primera con el Mellizo. Pablo Pérez, Fernando Gago y Rodrigo Bentancur son los más repetidos habitantes de la media cancha, al margen de los diversos esquemas tácticos ensayados y de innumerables cuestionamientos por amarillas, lesiones o nivel.

Cristian Pavón aportó goles decisivos en ambas etapas. Jonathan Calleri fue vital hace dos años y Ricardo Centurión amaga con serlo ahora, sobre todo si vuelve en plenitud para la etapa decisiva (él quiere retornar en el Superclásico, su cuerpo técnico prefiere no apurarlo). Aunque por momentos se le valoren más sus contribuciones ofensivas que su aplicación para la marca, Gino Peruzzi es un estable de la defensa (en estos 21 encuentros sólo faltó ante Banfield).

Y por supuesto que hay similitud en algunos resultados: a Temperley, Defensa, River, Sarmiento, Quilmes y Belgrano les ganó los dos cruces. Veremos si también repite ante Arsenal, al que venció 2-1 en Sarandí, goles de Pérez y Calleri, hace 20 meses.

Arruabarrena festejó su primer título como DT boquense en noviembre 2015. Barros Schelotto lo quiere hacer en junio próximo.

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