Las chicanas entre los dos clubes de Avellaneda están a la orden del día, pero un ídolo de la Academia quedó en el centro de la polémica.
Los simpatizantes racinguistas nunca podrán quitar de su retina el hermoso recuerdo que significó la vuelta olímpica en el José Amalfitani. Ese Apertura 2001 fue muy significativo no solo porque le permitió cortar una sequía de tres décadas y media, sino también porque se definió mientras la Argentina atravesaba un profundo estallido social.
Una de las piezas más importantes de ese recordado plantel comandado por Reinaldo Merlo fue Chatruc, quien dos años antes había arribado pero en ese torneo mostró su mejor versión. Las estadísticas lo amparan: convirtió 6 goles -el máximo anotador detrás de Maximiliano Estevez– y disputó 16 partidos.
Los gratos registros y los imborrables recuerdos quedaron opacados, al menos por un día. El ahora panelista deportivo se olvidó de su pasado en Racing y enalteció la gestión del influencer para tratar de acomodar las finanzas del otro lado de la vereda. “Felicito a mi amigo Marconi Juan y por supuesto a Santi Maratea por esta iniciativa de recaudar fondos para Independiente. Por supuesto que ya colaboré y espero que puedan lograr sus objetivos. Saludos”, escribió en Twitter.
En las redes sociales, cueva de rencor especialmente en las causas deportivas o políticas, hubo opiniones disímiles. Si bien algún amante de Racing entendió la acción por su buena relación con el vicepresidente del Rojo, un alto porcentaje reprobó la postura. “Se me cayó un ídolo, aunque te agradezca por siempre el 2001”, contestó un internauta que tuiteó bajo el nombre de José Luis Fernández.
Lejos de quedarse callado y sin temor a las represalias, Pepe recogió el guante y tiró un contragolpe casi letal: “No me agradezcas, lo hice porque tengo dos huevos gigantes. Y sí, prefiero no ser tu ídolo si pensás así. Saludos”.
