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Continúa hoy la audiencia pública para debatir un aumento del 23% en las tarifas de AySA (Agua y Saneamiento) que se aplicará a partir de mayo, y otro que se pondrá en vigencia en noviembre que varía según la zona de residencia. El encuentro seguirá desde a las 10 en el Teatro de la Ribera en el barrio de La Boca porque ayer se abrió un cuarto intermedio por los inconvenientes de transporte que pudieron tener algunos inscriptos para participar.
La nueva suba se acumulará sobre las tarifas de 2016 cuando se efectivizó un alza promedio del 297% que llegó en algunos casos al 375%. Según la empresa, que presta el servicio de agua y cloacas en Capital Federal y 23 partidos del Gran Buenos Aires , la nueva propuesta se formuló tomando en cuenta la gradualidad para ir corrigiendo “la brecha que separa los gastos operativos más los costos en mejoras y mantenimiento, de los ingresos tarifarios”.
Con los nuevos ajustes, AySA pasaría a cubrir “casi en su totalidad” los gastos operativos, con la condición de que sea el Estado nacional el que quede a cargo de la tarifa social que alcanza a unos 250.000 hogares.
Sobre la suba a aplicar en noviembre, AySA no especificó al porcentaje porque depende de la categorización de cada zona de residencia. Indicó que para usuarios residenciales no medidos (que son el 87% del total) se propone la “eliminación de la tasa básica del cargo fijo junto con la duplicación de la tasa básica del cargo variable”. Y para los medidos, “eliminación de la tasa básica del cargo fijo junto con la modificación del precio del metro cúbico diferenciado según áreas zonales”. Además en enero de 2018, para los residenciales con servicio medido se reducirá la base de consumo libre de 20 a 10 metros cúbicos bimestrales.
Según la empresa, con estas medidas comienza una “transición ordenada hacia un nuevo régimen tarifario”. Mencionó la eliminación de la superficie cubierta como parámetro tarifario para usuarios medidos, y dar “fuertes incentivos” a los no medidos para ingresar a ese sistema de facturación.
“Todo aquel que solicite pasar al sistema medido, dentro de los próximos dos años, no tendrá costo de instalación del medidor en su factura”, indicó la empresa anticipando además que “todos los usuarios no residenciales estarán incorporados al régimen por consumo a fines de 2019 a más tardar”.
Por otra parte, se renovará hasta abril de 2018 el descuento del 25% para hogares en las zonas de las categorías más bajas, y se hará una reducción gradual por bimestre de ese beneficio para los no residenciales.
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