La crisis sanitaria por coronavirus está empezando a dejar otros efectos que eran previsibles ante un contexto adverso. Uno de ellos, sin lugar a dudas, se da en el plano económico y se está notando en las escuelas de gestión privada.
En un relevamiento por diferentes colegios se advirtió que hasta un 50% de los padres se atrasaron en el pago de las cuotas o dejaron de abonar.
“En principio hay que decir que esta realidad bajo ningún punto de vista estaba prevista al inicio del ciclo lectivo. Este aislamiento nos interpela y se resiente la cuestión económica porque al estar aislados impacta también en lo financiero”, coincidió Marcelo Giménez, director general de Control Pedagógico del Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones (Spepm) en diálogo con Radioactiva 100.7
Agregó que hay apenas un 50% que está cumpliendo con esta exigencia de saldar las cuotas.
En esa línea, hay que aclarar que hay ciertos aportes que las escuelas de gestión privada reciben del Estado -generalmente el pago del salario docente- y otros llegan a través de las cuotas. “Eso último tiene que ver con el mantenimiento del edificio y sobre todo el personal no docente, que es solventado con el dinero que ingresa mensualmente”, comentó Giménez.
Pero destacó el compromiso y acompañamiento de los padres y docentes para poder sobrellevar este momento.
En Montecarlo, por ejemplo, los establecimientos privados buscaron distintas alternativas para seguir con la educación de sus alumnos y también que los tutores puedan seguir abonando las cuotas.
Desde el Instituto Carlos Culmey se dispuso a partir de abril trasladar el vencimiento de las cuotas del día 15 al último día del mes, manteniendo el beneficio de bonificación para todo el mes.
Y desde mayo se resolvió una reducción en los aranceles escolares del 15% en primaria y secundaria y el 50% para salas de 3 años; esto lo mantendrán hasta que las autoridades decidan que se retome la actividad presencial.
“Esta medida fue cuidadosamente analizada en virtud de atender las necesidades de las familias y, por otra parte, garantizar el cumplimiento de las erogaciones esenciales de la institución y preservar las fuentes de trabajo de los docentes, no docentes y auxiliares. El 90% de los ingresos de la institución son destinados al pago de haberes del personal. Respecto al pago de las cuotas, el 70% lo está cumpliendo regularmente y un 30% no”, explicó el apoderado legal del colegio, Norberto Weigerstorfer.
Por otra parte destacó: “Mediante un gran esfuerzo conjunto entre familia y escuela sostenemos la continuidad de los aprendizajes de nuestros alumnos a través de entornos virtuales. Material impreso no se hizo. Se llegó a todos los alumnos, algunos con mayor dificultad que otros, se hizo una encuesta en la que se puede ver la aprobación de una gran mayoría de padres en cuanto a los medios utilizados y la cantidad de tareas enviadas”.
La situación del Instituto Madre Teresa Michel, de Puerto Piray, se ve un poco más complicada. A pesar de que rigen descuentos por hermanos de hasta el 80%, tienen problemas en el cobro en la mitad del alumnado y hay preocupación en el establecimiento porque de la recaudación dependen los pagos.
Por otro lado, detallaron que desde el nivel secundario, en cuanto a lo pedagógico, están con un 92% de presentismo virtual y al restante 8% de los alumnos les hacen llegar el material en papel, porque no cuentan con internet o el acceso es limitado. Y ya empezaron a informar a los padres, de forma individual, acerca de los avances de sus hijos en las clases virtuales.
Más becas
El Colegio Santa María, de Posadas, debió aumentar la entrega de becas de cuotas para sobrellevar este periodo.
“El Santa María cuadruplicó la ayuda y la atención a las familias que solicitan que la institución pueda acompañarlos. Tenemos cuatro veces más becados que lo común. Además se mantuvo el descuento del 30% en el pago de la cuota en toda esta etapa, algo que antes lo hacíamos sólo si pagaban antes del 15 de cada mes”, señaló Sonia Rojas Decut, rectora del nivel medio.
Resaltó que “a pesar que se atendieron situaciones de familias que están atravesando una crisis económica importante, gracias a Dios pudimos estar acompañando dándoles respuesta y sobre todo manteniendo ese vínculo pedagógico y como comunidad. Lo pudimos hacer a través de nuestra plataforma con aulas virtuales. Fue una oportunidad para reorganizarse y repensarnos desde otro lugar ya que el trabajo que llevan adelante los docentes es de destacar. A pesar de haber una crisis a nivel mundial, el compromiso es muy grande e incondicional”.
Consultada sobre el cierre de los trimestres y la devolución que realizan a los alumnos, teniendo en cuenta que no hay nota numérica, reflexionó: “Es una oportunidad para cambiar esa mentalidad del número. El chico no es un número y eso queremos cambiar en la cabeza de nuestros docentes: la importancia de la evaluación formativa y en proceso. Que sea una herramienta para que los chicos vean cómo les está yendo y poder hacer los ajustes”.
“Lo que hicimos fue evaluar el proceso del chico en todas las áreas del conocimiento y se hizo un informe del proceso, haciendo foco en las capacidades que buscábamos desarrollar con las propuestas que les dimos. Se evaluó a través de rúbricas y este informe es lo que fue a los padres”, detalló la rectora.
Giménez, del Spepm, amplió: “Solicitamos a las instituciones que trabajen con proyectos integrados, no como unidades curriculares separadas, sino que busquen la manera de llegar con proyectos interdisciplinarios. Y esto de alguna manera significó cambiar la mirada de la evaluación”.
“La idea es que eso quede guardado de manera tal que al momento de volver a la presencialidad se pueda acreditar. Hoy no es momento de desaprobar. Hay que facilitar la cuestión propedéutica”, completó.