El proyecto de reforma laboral que analiza el Congreso incorpora un régimen de banco de horas que modifica el esquema tradicional de horas extra y habilita nuevas formas de administrar el tiempo de trabajo mediante acuerdos entre empleadores y trabajadores.
Según el borrador más reciente de la Ley de Modernización Laboral, las partes podrán firmar acuerdos escritos para definir cómo se compensarán las horas extraordinarias. La norma exige que estos convenios establezcan límites, modalidades y mecanismos de control verificables sobre el registro de horas trabajadas o de disponibilidad.
El banco de horas permite redistribuir el tiempo laboral según los picos de actividad: se podrán trabajar más horas en jornadas de mayor demanda y compensarlas luego con francos, jornadas reducidas o pagos adicionales. El esquema sustituye el método actual, que prevé recargos del 50% o 100%, y fija que los adicionales dentro del banco de horas serán menores al régimen tradicional. Todo acuerdo deberá respetar los descansos diarios y semanales establecidos por ley.
El proyecto habilita que estos sistemas se definan a nivel empresa, con prioridad por sobre los convenios de actividad, aunque bajo control de la autoridad laboral. También prevé que la jornada flexible quede dentro de los topes máximos semanales y permite compensaciones según cada sector o modalidad de trabajo.
La iniciativa incorpora reglas para el trabajo a tiempo parcial, cuyos empleados podrán realizar horas suplementarias bajo acuerdo voluntario, sin superar la jornada máxima legal. Además, propone eliminar la ultraactividad de los convenios colectivos: si no se renueva un acuerdo una vez vencido su plazo, dejará de regir.
El texto oficial establece que el banco de horas podrá aplicarse en forma individual o colectiva, siempre dentro de los límites legales y con controles que garanticen el cumplimiento de los derechos laborales.
