La semana pasada, en uno de los senderos de visita del área Cataratas, guardaparques del Parque Nacional Iguazú avistaron un cachorro de la especie ocelote (Leopardus pardalis) descansando plácidamente en las ramas de un árbol.
Conocido también como “gato onza” y en portugués como “jaguatirica”, “gato-maracajá”, “oncinha”. En Argentina se encuentra presente en las ecorregiones de las Yungas, Chaco Seco, Chaco Húmedo, Campos y Malezales, Esteros del Iberá y Selva Paranaense.
Este felino, carnívoro, de hábitos solitarios, pesa entre 7 y 15 kilos. Su presencia fue registrada en diversas áreas protegidas de Misiones y su estado de conservación es vulnerable.
¿Cuáles son sus principales amenazas?
La pérdida de hábitat, la caza ilegal y los atropellamientos.
En el parque habitan especies únicas de mamíferos, la convivencia armoniosa entre el hombre y la naturaleza es fundamental, por lo que recuerdan la importancia de respetar los límites de velocidad en las áreas protegidas.
