Después del “no” presidencial se terminó de desarticular el trabajo operativo previo que se hacía para terminar el papel. La empresa impresora trabaja a full, pero hay alerta entre los empleados por dos casos de coronavirus.
Generó polémica, y por varios motivos. En medio de la cuarentena obligatoria, con una inflación interanual de 50%, una emisión monetaria en alza para cubrir las necesidades de la pandemia, mucho uso de efectivo y por las críticas que provocó uno de los personajes que lo iba a ilustrar, el billete de 5.000 generó revuelo. Pero tuvo vuelo corto.
El presidente Alberto Fernández fue quien le dio el golpe de gracia, al menos por el momento. Y en la Casa de la Moneda, claro, acataron la orden presidencial: por estas horas terminaron de levantar las planchas de las máquinas y le dijeron adiós a las pruebas que estaban haciendo.