El canciller de la potencia europea, James Cleverly, afirmó que el compromiso de Londres con el archipiélago “es inquebrantable”.
El Reino Unido subrayó que las Islas Malvinas “son británicas y continuarán siéndolo”, al destacar el décimo aniversario del referéndum realizado en el archipiélago del Atlántico Sur en el que la población votó casi en su totalidad en favor de seguir formando parte de la familia británica.
“La Islas Falkland (Malvinas) son británicas. Diez años atrás, el 99,8% de los isleños que votaron dijeron que querían seguir siendo parte de la familia del Reino Unido”, sostuvo el canciller británico, James Cleverly.
Y remarcó: “Nuestro compromiso con las Falklands (Malvinas) es inquebrantable”.
El jefe del Foreing Office difundió un video en redes sociales de la conversación telefónica que mantuvo con la legisladora isleña Leona Vidal Roberts con motivo del décimo aniversario de la consulta popular.
Por su parte, el Gobierno británico de las Islas Malvinas remarcó que el deseo de los habitantes del archipiélago de formar parte del Reino Unido “permanece fuerte hoy en día”.
El referéndum impulsado por las autoridades isleñas se llevó a cabo entre el 10 y el 11 de marzo de 2013 y buscó conocer si los pobladores querían que el archipiélago del Atlántico Sur permaneciera siendo un Territorio Británico de Ultramar: el 99,8% de los votantes respaldó la pertenencia al Reino Unido.
A una década de aquella consulta popular, el Gobierno británico de Malvinas afirmó: “Las urnas se abrieron para que los isleños de las Falkland (Malvinas) decidieran si deseaban conservar nuestro estatus político como Territorio de Ultramar del Reino Unido. El 99,8% votó para seguir siendo parte de la familia del Reino Unido y ese sentimiento sigue siendo fuerte hoy”.
“El referéndum fue un claro ejemplo de los isleños de las Malvinas expresando su derecho a la autodeterminación”, subrayaron las autoridades locales a través de una publicación en redes sociales.
Luego, en un comunicado, el Gobierno isleño fundamentó la decisión de hacer el referéndum debido a que “la Argentina se había vuelto cada vez más hostil, habiéndose comprometido con una política activa de no reconocer la existencia de la comunidad de las Islas en ningún aspecto”.
Asimismo, indicó que “un equipo de ocho observadores internacionales independiente y experimentados monitoreó el referéndum” y confirmó en aquella ocasión que “fue un proceso libre y justo, realizado de acuerdo a los estándares internacionales y las reglas locales”.
“El estatus político de las islas es decisión de nuestro pueblo y no de nuestro agresivo y hostil vecino”, afirmó Leona Vidal Roberts.
En aquella oportunidad, la Argentina había rechazado los resultados de la consulta popular y la entonces Presidenta, Cristina Kirchner, había ironizado al afirmar que se trataba de “un referéndum que fue como si se hubiera votado en un consorcio de okupas si se sigue ocupando o no el edificio”.
“Las Malvinas no son Cristinistas ni Kirchneristas, son Argentinas. Reafirmamos una vez más nuestra vocación al diálogo de acuerdo con la ONU”, había añadido la actual vicepresidenta a través de sus redes sociales.
Asimismo, Cristina Kirchner también señalaba el objetivo de la Argentina: “Lograr una solución que contemple también los intereses de los que viven en nuestras Islas Malvinas”.