Graciela Sosa y su marido, Silvino, dieron una conferencia de prensa luego de la sentencia en contra de los rugbiers: “Estamos conformes y empieza una nueva etapa en nuestra vida”, sostuvo. Con la lectura del veredicto este lunes finalizó el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, con cinco de los detenidos sentenciados a perpetua y tres a 15 años de prisión.
Pasadas las 18:40 de este lunes, llegaron al Hotel Days Inn, ubicado sobre la calle Belgrano al 2200, a pocos kilómetros de la sala de audiencias donde más temprano dictaron la sentencia contra los atacantes de su hijo, se mostraron “conformes” con el fallo, pero remarcaron que seguirán “luchando día a día para que quede firme” la pena.
Y agregó: “Estamos conformes y empieza una nueva etapa en nuestra vida, vamos a seguir luchando día a día para que quede firme la sentencia de estos asesinos. No es fácil ver cómo asesinan a tu hijo, a mí me costó muchísimo, no podía dormir de noche, siempre pensando en cómo mi hijo levantaba la mano implorando piedad para que no le dieran más patadas, cosa que no sucedió”.
Sobre los días venideros, la mujer expresó: “Culmina una etapa y se inicia una nueva que de a poco iremos viendo (cómo es), porque es realmente ahora que comenzaremos a hacer el duelo y tendremos que aprender a convivir con el dolor. Ahora por lo menos puedo sonreír un poco, no es fácil, pero tendremos que continuar con nuestras vidas”.
Además, se refirió a los ocho rugbiers condenados y sus sentimientos para con ellos tras la sentencia: “En mi mente lo que más mantengo es la forma en la que asesinaron a mi hijo. (Sobre el desmayo de Máximo Thomsen) Lo tomé como algo normal, me pareció que era algo actuado también, como madre. Tengo presente la imagen de cómo le daba la patada a mi hijo. No me conmovió para nada, disfrutaron al matar a mi hijo, llamándolo negro de mierda, que caducó, lo tengo muy presente en el corazón. Quizás algún día pueda perdonar, pero nunca lo voy a olvidar porque a mí me arrebataron a mi hijo. Su ausencia y nuestro dolor también son perpetuos”.