Economistas advirtieron hoy que la Argentina “está cada vez más cerca” de caer en una hiperinflación y estimaron que el año cerrará con una suba de precios por encima del 90%.
Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso, consideró que la inflación de julio, que según el INDEC trepó al 7,4%, “es preocupante, porque buena parte de los países de la región no tienen ese porcentaje siquiera en un año”.
“Hay que ir hasta 1991 para encontrar un acumulado de los siete meses del año que sea más alto, lo cual es grave, porque en ese año íbamos a otra hiperinflación, que se frenó con el plan de Convertibilidad”, recordó.
Abram estimó que en agosto la escalada inflacionaria “se va a tranquilizar un poco”, pero pronosticó que seguirá alta, en torno al 6%, porcentaje que, a su criterio, podría ser similar en septiembre. Con estos niveles, el economista anticipó a la agencia NA que la inflación de 2022 va a cerrar por encima del 90%.
A su criterio, “que la gente se saque los pesos de encima para no seguir perdiendo poder adquisitivo, es un mecanismo de defensa que hemos visto en etapas previas de hiperinflación”.
Por su parte, Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, sostuvo que “por si faltara algún otro elemento para alertar acerca de la gravedad del actual proceso inflacionario en la Argentina, el guarismo registrado en julio puso de manifiesto que estamos cada vez más cerca de la hiperinflación”.
“El 7,4% mensual equivale a una inflación del 135% anual. Si no se adopta un plan antiinflacionario, las perspectivas para el año pasan por un incremento de precios en el orden del 100%”, alertó el economista.
Y afirmó que la suba de precios “es el mayor desafío que enfrenta la flamante conducción económica: poner en marcha un plan coordinado y consistente de medidas fiscales, monetarias, cambiarias y de ingresos que asegure una drástica baja de la inflación. La clave reside en tomar este grupo de medidas conjuntamente. Cualquier medida parcial no dará resultado”.
Becker aseguró que el “gradualismo” para frenar la escalada inflacionaria “no es una opción”, y en cambio propuso “un tratamiento de shock si se quiere evitar la hiperinflación”.
En tanto, el economista Ramiro Castiñeira también advirtió por una hiperinflación: explicó que “en el mundo, cuando sube la tasa de interés, buscan frenar la suba de precios, pero en la Argentina lo que se busca es contener la demanda de Leliqs, que no se les desarme el gran castillo de naipes que armaron de 7 billones de pesos”.
“Entonces, es crucial que los bancos centrales no emitan deuda remunerada porque es imposible salir, es una trampa. La Argentina, cuando hizo eso, termino en hiperinflación. Esto ya lo vivimos en 1988 y 1989”, alertó Castiñeira, en declaraciones al programa “Esta mañana” de radio Rivadavia.
NA