Más de 34.000 personas han muerto y decenas de miles han resultado heridas después de que un terremoto de magnitud 7,8 sacudiera Turquía y Siria el lunes, según las autoridades.
Los sobrevivientes, muchos de los cuales no tienen hogar, podrían enfrentar “un desastre secundario” ya que el frío y la nieve provocan “condiciones horribles que empeoran”, dijo la Organización Mundial de la Salud.