El río que atraviesa la capital del estado de Rio Grande do Sul alcanzó su mayor nivel en 80 años. En toda la región, hay 68 personas desaparecidas y miles más que se han visto obligadas a dejar sus casas.
Las inundaciones históricas que afectan al estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, y que ya han provocado la muerte de al menos 56 personas alcanzaron este viernes el centro de la ciudad de Porto Alegre, después de que el río que la atraviesa llegara a su mayor nivel en ocho décadas.
La Alcaldía de la capital regional, de 1,3 millones de personas, informó en la mañana de este viernes que 32 calles estaban bloqueadas total o parcialmente debido a las inundaciones, entre ellas la importante avenida Mauá que bordea el río Guaíba, y recomendó a los habitantes evitar el centro histórico.
Además, las autoridades cerraron un puñado de centros de salud y suspendieron el funcionamiento de parte del suministro de agua de la ciudad, por lo que hasta una veintena de barrios, incluido el centro histórico, se pueden quedar sin abastecimiento.
Después de tres días de lluvias intensas, el caudal del río Guaíba llegó en la mañana de este viernes a 4,50 metros, algo que no se había visto desde 1941.
Imágenes del centro de Porto Alegre muestran una ciudad con comercios cerrados, varios palmos de agua marrón en las calles y con los pocos transeúntes que se ven calzados con botas altas.
En el estado, hay 68 personas desaparecidas, y miles más que se han visto obligadas a dejar sus casas, con 7.165 alojándose en refugios públicos y otras 17.000 en casas de parientes o amigos.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, visitó el jueves la región afectada junto a varios de sus ministros y prometió que no faltarían recursos para atender las necesidades básicas de la población.
Por su parte, el gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, aseguró durante la reunión con el mandatario que el foco en este momento debe ser el rescate de personas, algunas de las cuales se han tenido que encaramar a los tejados de sus viviendas para ponerse a salvo de las crecidas.
Este estado de 11 millones de personas, fronterizo con Uruguay y Argentina, ha encajado en el último año una serie de eventos climáticos extremos asociados al fenómeno de El Niño, que provoca un aumento de las precipitaciones en el sur del país.
El volumen excepcional del caudal de los ríos ha multiplicado las alertas en el estado por rupturas de presas que amenazan con agravar el desastre, particularmente una estructura dañada sobre el río das Antas, en el municipio de Cotipora.
Las inundaciones no solo hacen desbordar los ríos, también producen deslizamientos. Las aguas suben y dejan a las comunidades aisladas. Las imágenes a lo largo de la región, especialmente en el centro, dan cuenta del «peor desastre» de la historia del estado, como describió el gobernador Leite.
Así, se observan enormes superficies totalmente anegadas, ríos arrasando puentes y carreteras, y aparatosos rescates de personas en techos o a punto de ser arrastradas por crecidas.
Muertos y desaparecidos
Los fallecimientos ya suman 56, en tanto, 68 personas se encuentran desaparecidas, según un nuevo balance de Defensa Civil del estado. Además, hay 74 heridos.
El fenómeno climático, que se abatió sobre el territorio sureño con lluvias intensas, vendavales y granizo, ha afectado a 351.000 habitantes, con unos 17.000 desalojados en 235 municipios.
Pero las cifras de la catástrofe son apenas «preliminares», advirtió el jueves el gobernador. Las aguas que cubren enormes áreas impiden dimensionar la magnitud del desastre.
El gobernador advirtió además el jueves sobre el rápido ascenso del río Guaíba en Porto Alegre, que podría alcanzar el nivel de cinco metros. Esa posible crecida podría causar la mayor inundación de la historia de la ciudad, superando la registrada en 1941, alertó.
Las brigadas de rescate intentan alcanzar numerosos municipios aislados, sin comunicaciones y con rutas bloqueadas, para garantizar el abastecimiento de víveres.
El gobierno federal movilizó 12 aeronaves, 45 vehículos y 12 embarcaciones, además de enviar 626 efectivos de las Fuerzas Armadas para socorrer a la población afectada.
Las condiciones climáticas no mejoran
Pero las condiciones climáticas no han ayudado: las lluvias persistentes dificultaron las tareas de socorro, y numerosas áreas aún son inaccesibles. Las previsiones meteorológicas indican que las fuertes lluvias deben continuar hasta el sábado.
Esta es la segunda catástrofe que sufre en un corto tiempo Rio Grande Sul. En septiembre pasado, un devastador ciclón dejó al menos 31 personas fallecidas en el estado.