En medio de un nuevo ataque aéreo israelí sobre la ciudad de Gaza, una de las explosiones alcanzó la Iglesia de la Sagrada Familia, el único templo católico de la Franja. El hecho dejó un saldo de al menos una mujer fallecida y varias personas heridas, entre ellas el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, quien está a cargo de la parroquia.
El bombardeo ocurrió en la mañana del jueves 17 de julio, mientras decenas de civiles —tanto cristianos como musulmanes— permanecían refugiados dentro del complejo religioso, donde también se albergan personas con discapacidad. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron el ataque y aseguraron que se encuentran investigando lo sucedido, aunque justificaron la operación por supuestas actividades de Hamas en la zona.
Gabriel Romanelli, originario de Argentina y figura clave en la contención humanitaria dentro del templo, sufrió heridas leves en una pierna y fue trasladado al hospital. Horas más tarde, se informó que se encuentra fuera de peligro. Romanelli permaneció en Gaza durante casi toda la guerra, resistiendo en el lugar junto a más de 400 personas desplazadas por el conflicto, entre ellas niños y ancianos.
El Patriarcado Latino de Jerusalén confirmó el fallecimiento de al menos una mujer a raíz del ataque y denunció los hechos como una grave violación a las convenciones internacionales. “No había ninguna actividad militar en el lugar. Se trataba de una zona civil, protegida y claramente identificable como un espacio religioso”, manifestaron en un comunicado.
El bombardeo generó una ola de repudio internacional. La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, calificó el hecho como “inaceptable” y afirmó que “ningún objetivo militar puede justificar un ataque a una iglesia con civiles dentro”. Por su parte en un telegrama dirigido a las víctimas, el Papa León XIII dijo que estaba «profundamente entristecido» y pidió «un alto el fuego inmediato».
El Papa expresó su «profunda esperanza de diálogo, reconciliación y paz duradera en la región», según el telegrama firmado por el Secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin.
Desde el comienzo del conflicto en octubre de 2023, la Iglesia de la Sagrada Familia funcionó como un refugio clave para cientos de personas que no pudieron evacuar. El templo había resistido sin grandes daños durante meses, pese a los ataques constantes en zonas aledañas. Con este nuevo hecho, el lugar queda gravemente comprometido.
La situación humanitaria en Gaza continúa siendo crítica, con una infraestructura médica colapsada, cortes de energía y escasez de alimentos. La comunidad internacional volvió a reclamar un alto el fuego urgente y el respeto a los lugares protegidos por el derecho humanitario.
