Con música, bombos y al grito de "Ni Una Menos, una multitud despidió a Micaela

“Esto es lo que generó mi negra. Tengo un orgullo tremendo. Mica está acá hoy. Es así”. Néstor “Yuyo” García, padre de Micaela (21), la joven estrangulada en Gualeguay el 1° de abril pasado, hablaba con los ojos vidriosos. No paraba de abrazar a cada uno que se le cruzaba. A todos los que lo saludaban les agradecía y los arengaba, aún cuando carga con el peor dolor.

Las palabras velatorio, homenaje o despedida no alcanzan para encuadrar lo que se vivió ayer en el estadio René Alberto Salem, en Concepción del Uruguay. El último adiós a la joven militante de “Ni Una Menos” no fue uno más. Distinto a cualquiera que se pueda recordar, configuró un rompecabezas infinito en el que cada pieza ayudaba a conocer un poco más a Micaela. Aunque sea imposible armarlo por completo.

“Teníamos una dimensión de lo que Micaela era, no de la llegada que tenía en la otra persona”, confesó Néstor a Clarín mientras contemplaba a la multitud que llenó la cancha de básquet y coreaba el nombre de su hija en el Centro de Educación Física (CEF) N° 3.

“Las paredes se limpian, las pibas no vuelven”, rezaba el último mural que pintó Micaela y que estuvo todo el día colgado en una de las tribunas a la par de los restos de la referente de la Juventud del Movimiento Evita de Concepción del Uruguay. El velatorio, a cajón cerrado, comenzó a las 8, con una ceremonia íntima atravesada por un profundo pesar y congoja. Los familiares y amigos se reunieron en una de las cabeceras de la cancha junto a un crucifijo, la imagen de la virgen, dos velas, un cuadro con una foto de la joven y otras de su familia, y una guitarra.

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“La voy a recordar con una sonrisa y siempre con el pecho adelante. Ella me decía siempre: ‘Vos podés, esto no es nada comparado con lo que podés llegar a lograr’. Y así voy a ir cada día”, dijo a Clarín Ayrton (18), el mayor de sus tres hermanos menores.

Pero a las 10, cuando se abrieron las puertas para la entrada del público general, todo cambió. Las banderas, bombos, cantitos y aplausos dedicados a “La Negra” cumplieron con el pedido de la convocatoria “con alegría y haciendo ruido como a Mica le gusta”. Una pantalla gigante comenzó a mostrar videos en los que se la veía practicando gimnasia artística –representó a la selección argentina en el Mundial de Alemania, en 2008–, o participando de actos políticos.

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“La Negra no se murió, La Negra vive en los barrios, la puta madre que lo parió”, fue uno de los tantos cánticos que se oyeron durante la jornada. Después de uno de los videos en los que Micaela hablaba durante un plenario de la JP Evita comenzó un aplauso eterno que sólo terminó cuando se impuso el grito “¡Ni una menos, ni una menos!”. Las canciones de Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota, especialmente “Juguetes perdidos” y “Caña seca y un membrillo” (su estribillo dice: “Vamos Negrita, bailá hasta el fin…”) fueron una constante.

Tanto es así que el Indio Solari, al ver desde su casa lo que ocurría, llamó a un dirigente político que estaba en el lugar y le pidió hablar con Néstor, que puso la conversación en altavoz y por los parlantes para que escucharan todos. El Indio destacó la “solidaridad” y las “virtudes” de Micaela y después de decir que “los buenos se van antes”, Andrea Lescano, su madre, tomó la palabra y le contó que su hija volvió “muy enojada” del último recital en Olavarría porque no cantó “Juguetes perdidos”. “¿No podrás cantar aunque sea un rengloncito para ella?”. El Indio accedió y entonó las estrofas de la canción.

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“Nunca te dejaba decir que no podías hacer algo”, la recordó Lucila Novello, compañera de Micaela en el profesorado de Educación Física de la UADER. “Era la que se ponía el equipo al hombro siempre”, dijo Jennifer Navarro, una de sus compañeras en la tribu “Huayna”, para las competencias que hacían en la facultad. “Ella era hechicera, que es la máxima autoridad a la que se puede llegar”, agregó en diálogo con Clarín. Todos sus amigos coincidieron en que era una “líder positiva”. Incluso llegó a inscribirse en disciplinas en las que su equipo no tenía representante para no “perder el punto”.

Entre los concurrentes, estuvieron el senador Juan Manuel Abal Medina (FpV), el ex canciller y diputado del Parlasur Jorge Taiana, el referente del Movimiento Evita Emilio Pérsico y la diputada nacional Lucila De Ponti, oriunda de Concepción. Todos recordaron a la joven que fue hallada asesinada el sábado al mediodía en Gualeguay. Horas antes habían detenido a Sebastián Wagner (30), un violador reincidente con libertad condicional.

Los momentos de más emoción se vivieron al final del encuentro, antes de partir para el cementerio, cuando Néstor les pidió a algunos de los asistentes que pronunciaran algunas palabras para su hija. Jorge Fillon y Lorena Luiso, campeones mundiales de gimnasia aeróbica deportiva y entrenadores de Micaela, la recordaron como “muy luchadora, no sólo en el deporte” y que siempre “hablaba de ver el lado positivo” de las cosas.

Graciela, su abuela, le dedicó el poema “Quisiera que me recuerden sin llorar” de Joaquín Enrique Areta y por último la despidió: “Siempre fuiste un ser angelical. Te amo, hasta la victoria, Micaela”.

Pasadas las 16, el cuerpo de Micaela partió hacia el cementerio municipal. Una multitud lo acompañó durante las 30 cuadras del trayecto. Cada vecino salió a esperar el cortejo fúnebre en los bulevares Hipólito Yrigoyen y Díaz Vélez. El cuerpo iba en el féretro, pero Micaela ya estaba en el corazón de todos.