El fiscal trucho que ascendió gracias a su mamá tarotista y terminó preso por narco

El derrotero de Jorge Daniel Damonte se gestó en los ‘90. Empezó como un joven y próspero abogado que a los 25 años ya había sido apoderado legal de Lotería Nacional y daba los primeros pasos como fiscal adjunto en la Procuración General. En menos de 24 meses escaló a fiscal federal y hasta sonaba su nombre para convertirse en juez. Esa nube de asenso fugaz se pinchó cuando el escándalo salió a la luz: Damonte no se había recibido de abogado y falsificó su título para acceder a estos cargos.

Por esa causa, el fiscal trucho terminó preso seis años e inhabilitado de por vida para ocupar cargos públicos. Después de eso desapareció cambió de rubro y se acercó al negocio narco. El miércoles pasado lo detuvieron cerca de su casa de Caballito por una causa abierta en Alemania por “tráfico de estupefacientes” y “violación a la ley antinarcóticos”. Según los investigadores, sería uno de los líderes de una banda que transportó 340 kilos de cocaína a Hamburgo (Alemania) y 70 kilos a Hong Kong (China).

Vinculado a organizaciones criminales de Paraguay, Damonte ya había estado vinculado a un cargamento secuestrado en Hamburgo, en 2010. En ese entonces detectaron en la aduana dos contenedores de piedra arenisca con 300 kilos de cocaína.

Según la investigación alemana, la organización tenía conexiones en Europa, Paraguay y Argentina. Muchos de sus integrantes están presos en territorio germano. Damonte sería el próximo en sumarse a esa lista: quedó detenido para ser extraditado, en una causa encabezada por el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi. De vuelta en Europa, podría enfrentar una pena de hasta 18 años.

Con 50 años, Damonte ya no es el joven que ostentaba visitas a la quinta de Olivos y partidos de tenis con el ex presidente Carlos Ménem. Por ese entonces Teresa Gordon de Damonte, su mamá, era señalada como la tarotista del ex jefe de Estado y de algunos miembros del gabinete. Eso, aseguraban en su entorno, le había facilitado su maratónica carrera en la familia judicial.

Cuando se conoció el fraude de su hijo, la mujer reconoció su amistad con Carlos Corach, ex secretario de Legal y Técnica de la Presidencia durante los ‘90. Había sido él quien recomendó al hijo de Teresa para ocupar un cargo en Lotería Nacional. De ahí, gracias a una resolución firmada por León Arslanián, ex ministro de Justicia, llegó a Fiscal Adjunto de la Procuración General de la Nación, en 1992. Tiempo después pasó a una Fiscalía Federal, donde recaían la mayoría de las causas por corrupción vinculadas a funcionarios de turno. Allí estuvo hasta que renunció al cargo, el 4 de noviembre de 1993.

Días después, una empleada de la Secretaría Legal y Técnica de Presidencia de la Nación descubrió que el título de abogado de Damonte era falso. Notó el fraude mientras preparaban la documentación para enviar el pliego de sus antecedentes al Senado, donde analizarían una propuesta para que fuera designado como juez. Su título de la Universidad Nacional de Buenos Aires era trucho. Nunca había cursado sus estudios allí, sino en la Universidad del Salvador. Cuando abondnó, le faltaban 13 materias para recibirse.

Estuvo prófugo en Brasil y Chile, hasta que lo detectaron escondido en la casa de su madre y lo detuvieron. Por su fraude tuvieron que anular más de 200 expedientes en los que estuvo involucrado cuando se desempeñó como fiscal en la UFI N°9.