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“Gracias por hacerme tan feliz. Te re amo, mi amor”, fue lo último que posteó Maximiliano Daniel Cuello (22) el jueves a la noche en sus redes sociales. Celebraba siete meses de noviazgo con Rocío y le había dedicado un video con fotos y una canción de amor. Al día siguiente la despidió con un beso y se fue a trabajar. Cuando llegó a la parada del colectivo lo asaltaron. Entregó el morral y el celular pero le dispararon en la nuca y murió. “Este nos conoce”, gritó el tirador antes de apretar el gatillo. En el barrio Villa Unión, de la localidad matancera de Rafael Castillo, no tardaron en señalar a “El Cabezón” como responsable del crimen. Horas después, fue detenido junto a un presunto cómplice.
Maximiliano trabajaba en una fábrica de baldosas en La Bastilla y Beethoven, a unas 15 cuadras de donde lo asesinaron. El viernes a la mañana esperaba el colectivo 622 en la esquina de Huemul y Salvigny, a menos de una cuadra de la casa en la que convivía con su novia Rocío (18), su suegra y su “cuñadito” 11 años, para ir a cumplir su turno.
El dolor de los familiares de Cuello, en la casa de Rafael Castillo donde vivía con su novia. (MARIO SAYES)
“Eran dos personas las que se le acercaron para robarle. Él entregó el celular y el morral que tenía, no sabemos si se quiso resistir o si reconoció a los asaltantes, pero le dispararon en la nuca con una pistola con balas calibre 22. Otra bala le rozó el cuello”, confirmaron fuentes policiales a Clarín.
“Maxi” cayó herido en la calle, al lado del cordón de la vereda. Entre el silencio de la mañana los disparos despertaron a los vecinos, que salieron corriendo a ayudarlo. La ambulancia llegó 20 minutos más tarde. Cuello ya estaba muerto. Al principio no lograron identificarlo porque le habían robado la billetera y los documentos. Incluso creyeron que se trataba de un recolector de residuos porque tenía ropa de trabajo similar a la de su uniforme, pero poco después reconocieron al novio de Rocío y corrieron a avisarle de la tragedia.
Cuando la Policía y el fiscal empezaron a recavar testimonios, se encontraron con que todos apuntaban a “El Cabezón”, un joven de 26 años con antecedentes por robo que vive a tres cuadras de donde mataron a Cuello. Los testigos lo reconocieron mientras escapaba.
En la esquina de la casa del sospechoso detuvieron a un menor de 17 años. “Estaba nervioso y con una réplica de un revolver escondida, además de algunas de las pertenencias de Cuello”, explicó una fuente del caso. En paralelo, los investigadores fueron a la casa de “El Cabezón”. Su padre abrió la puerta y cuando vio a la Policía se sentó a seguir mirando la televisión. “Está en el cuarto durmiendo. Llévenselo, ya me tiene cansado, está robando todo el tiempo para drogarse”, les dijo a los agentes cuando le quisieron mostrar la orden de allanamiento.
Adentro encontraron a “El Cabe” y lo detuvieron. En los bolsillos de su campera estaba el celular de Maxi y la billetera que le habían robado. “Lo que todavía no encontramos es el morral que tenía la víctima ni el arma con la que dispararon, pero hay algunos allanamientos pendientes para dar con eso”, adelantaron los investigadores a Clarín.
Los padres de Maximiliano se habían ido de viaje por Semana Santa y los llamaron de urgencia para avisarles de la tragedia. “Que en paz descanse nuestro querido alumno egresado de la Escuela Técnica N°1, Armada Argentina, de Isidro Casanova. Es muy injusto todo lo que le sucedió. Siempre te recordaremos por ser muy trabajador y buen compañero, siempre con una sonrisa”, se despidió Fabiola Romero, en Facebook.
Los vecinos de Villa Unión crearon el grupo “Justicia por Maximiliano Cuello” y organizan una marcha para el lunes, donde exigirán más vigilancia en el barrio y que no liberen a los culpables del crimen.
La investigación quedó a cargo del fiscal Jorge Yametti, quien tomará declaración indagatoria a los acusados en las próximas horas.
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