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La muerte de Marcelo Mario Lorenzetti (61) generó tristeza y conmoción en gran parte de la comunidad de Lobos -donde había nacido y donde había empezado a militar en el radicalismo- y en Navarro, donde vivía en la actualidad junto a su novia.
En su entorno descartaron de plano que alguien haya querido asesinarlo. “Era una excelente persona, muy respetuosa y solidaria. No andaba en nada malo”, dijo Mauricio, uno de sus primos.
Tiempo atrás, Marcelo había tenido una vinería en el barrio porteño de Balvanera. Pero en la actualidad se dedicaba a la distribución de vinos premium de reconocidas bodegas mendocinas en restoranes y comercios de la ciudad de Buenos Aires y en Navarro. Como no manejaba un volumen importante de mercadería, él mismo se encargaba de levantar los pedidos, hacer el reparto y las cobranzas. “Todos los martes viajaba en su auto (el Citröen C3 gris que conducía cuando lo balearon) a Capital y visitaba a los clientes. Se quedaba por allá y volvía los jueves”, contó su primo, quien a veces lo acompañaba. “Dormía en lo de un amigo”, agregó. Y detalló: “Iba temprano porque dejaba el auto en un estacionamiento y se manejaba en colectivo y en subte”.
A veces pasaba primero por Ezeiza, adonde depositaba dinero en un banco para girarle a los proveedores. “Si fue un asalto, por ahí sabían que iba con la plata encima”, deslizó Mauricio, aunque no descartó las otras hipótesis que se investigan: una bala perdida de un campo de tiro, de un enfrentamiento policial o una discusión de tránsito.
Los familiares aguardan con ansiedad los resultados de las pericias de las cámaras de seguridad de la autopista y las de las armas usadas por los policías en las prácticas de disparo para saber el motivo de la muerte, que los tomó por sorpresa.
Marcelo estaba afiliado a la Unión Cívica Radical (UCR) y era un activo militante del partido tanto en Capital Federal como en Navarro. En ambas ciudades participó de la campaña para las últimas elecciones y también tenía previsto hacerlo en los próximos comicios. De hecho el comité radical de esta última ciudad emitió un comunicado firmado por sus dirigentes, concejales y consejeros escolares en el que recordaron al hombre como una “persona responsable, comprometida y solidaria que trabajó (para el partido) durante muchos años, incansable y desinteresadamente”.
Hijo de “Chichi” Laitano y de Mario Lorenzetti -un matrimonio muy conocido en Lobos-, el comerciante era el mayor de cuatro hermanos. Durante algunos años vivió en Mar del Plata, donde estuvo en pareja y tuvo una hija. De personalidad inquieta, por entonces hasta supo salir embarcado en buques pesqueros.
Entre sus pasiones se encontraban el fútbol –era hincha de Racing– y los viajes. De hecho, tenía planeado uno a Estados Unidos con uno de sus familiares.
“Era muy solidario, acompañaba a la gente y donde podía dar una mano lo hacía. Era un tipo sano, no le interesaba tener nada”, comentó su primo.
Aunque en un primer momento se lo vinculó al presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, en su círculo íntimo descartaron esa versión.
Su pérdida causó un profundo pesar entre los allegados a la familia, que anoche se encontraba reunida en Lobos a la espera de que finalizaran los trámites judiciales para poder recibir el cuerpo y darle el último adiós.
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