El plan chino: inyectar capitales para asegurarse clientes en todo el mundo

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Conectar Asia con el mundo. Ese es el objetivo declarado del multimillonario plan de infraestructura que el presidente chino Xi Jinping presentó ayer en Beijing frente a Mauricio Macri y unos 30 presidentes durante el Foro de Cooperación de las Nuevas Rutas de la Seda. Como hizo Estados Unidos tras la Segunda Guerra con su Plan Marshall, la China de Xi quiere inyectar capitales en el resto del mundo para asegurarse clientes: mercados que compren sus productos y mantengan en crecimiento a la industria china, afectada por la desaceleración de la economía mundial.

Con ese espíritu Xi Jinping anunció ayer ante representantes de cien países otros 70.000 millones de dólares en financiación china para proyectos de infraestructura: ferrocarriles de alta velocidad, puertos, rutas, oleoductos, centros logísticos, parques industriales y zonas francas en Asia, Europa Central, Oriente Medio y África.

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Una parte irá a lo que China llama el cinturón terrestre, en referencia a la antigua Ruta de la Seda que hace 2.000 años unió comercialmente a Oriente y a Occidente. La otra servirá para lo que el gobierno de Xi denomina como la ruta marítima: mejorar los puertos y las instalaciones necesarias para el transporte de mercancías por mar.

“La historia es la mejor maestra”, dijo sin nombrar al Plan Marshall el presidente chino ante Macri, Vladimir Putin (Rusia), Mariano Rajoy (España), Alexis Tsipras (Grecia) y Recep Tayyip Erdogan (Turquía). Según el presidente chino, las rutas y vías férreas que unirán a su país con Europa y el resto de Asia serán “nuevos motores” para la economía mundial.

El presidente Mauricio Macri y la primera dama, Juliana Awada, asistieron a la recepción que el presidente de China, Xi Jinping, ofreció en el Gran Palacio del Pueblo a los mandatarios que participarán en el Foro "Una Franja y una Ruta para la Cooperación Internacional”. (Foto: Presidencia)

De los 70.000 millones anunciados ayer, 14.500 millones procederán del gobierno chino. Los otros 55.000 millones, de préstamos de dos bancos nacionales. Se suman a los 40.000 millones de dólares dotados originalmente para el Fondo Ruta de la Seda en 2013, cuando Xi lanzó la iniciativa al llegar al poder. El Banco de Desarrollo de China tiene previsto invertir más de 870.000 millones de dólares en la ejecución de 900 proyectos.

Además del objetivo declarado, la gran apuesta de Xi es ganar influencia política a través de la economía (también en eso se parece al Plan Marshall). Por ese recelo se explica que los presidentes de Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido no hayan asistido al encuentro.

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Los cuestionamientos vinieron ayer de los representantes de esos países. La ministra alemana de Economía, Brigitte Zypries, pidió que las rutas de la seda fueran de ida y vuelta y no solamente en el sentido de las exportaciones chinas. “Que no haya discriminación y que se respeten las normas internacionales”, dijo.

El representante de Donald Trump, Matt Pottinger, también insistió sobre la necesaria transparencia de los llamados a licitación. Y el ministro de Economía japonés, Yoshifumi Matsumura, dijo que su país dedicaría “sus propios esfuerzos” a ayudar a otros países asiáticos a desarrollarse. Lo que no dijo es si lo hará bajo el paraguas de las Nuevas Rutas de la Seda. No parece probable.

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