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María Graciela Ocaña nació en el Gran Buenos Aires. Más precisamente en San Justo, partido de La Matanza. Hizo la secundaria en el Normal de San Justo y se recibió de licenciada en Ciencias Políticas en la UBA. Empezó a militar en los años 80, en el peronismo. Pero no le gustó el gobierno de Menem y se alejó. Volvió tiempo después con el Frente Grande de Chacho Álvarez y acompañó el tránsito hacia el Frepaso.
Fue cuatro veces diputada nacional, entre otras fuerzas por el Frepaso y también por el ARI junto a Elisa Carrió. En el 2004 asumió como interventora en el PAMI con Néstor Kirchner presidente. En el 2007 juró como ministra de Salud con Cristina. Estuvo un año y medio en ese cargo. Hoy es legisladora porteña por el partido que ella misma fundo, Confianza Pública. Acaba de sumarse a Cambiemos y en octubre será candidata en la provincia de Buenos Aires. Además, Ocaña es, desde hace muchos años, una referencia ineludible en la lucha contra la corrupción.
Usted está ahora en Cambiemos. El otro día la recibieron en la Casa Rosada el presidente Macri, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, una especie de recepción muy importante y merecida seguramente. Pero usted antes había estado con el espacio de “Chacho” Álvarez, con Lilita Carrió, hasta con Francisco De Narvárez, y por ahí me olvido de algunos de los aliados que usted tuvo a lo largo de su carrera política. ¿Qué busca usted en la política?
Yo busco construir y aportar lo que sé, que es lo que he hecho siempre. Nosotros estamos trabajando desde nuestra fuerza política Confianza Pública. Yo renuncie a una banca de diputados que tenía cuatro años. A los dos años renuncié porque no sentía que podía representar o estaba en un lugar cómodo. Bajé al llano, me presenté a elecciones y hoy ocupo ese lugar. Y construimos una fuerza política que hoy tiene representación en la legislatura y lo que buscamos es aportar ideas. La reunión con el presidente tuvo ese sentido, lo mismo el trabajo que venimos haciendo hace varios meses con la gobernadora, con bajo perfil. Pero es eso, es aportar a la gente. Porque si la vida es lo que les pasa a los dirigentes, la verdad no le sirve a la gente. La política sirve si se transforma para mejorar la vida de la gente.
Usted ganó una fama merecida por su lucha contra la corrupción sobre todo en la época de menemismo y del kirchnerismo. Pero ahora que anda cerca de Cambiemos, ¿por casa cómo andamos? Porque el gobierno y el presidente tienen este tema del jefe de Inteligencia, Gustavo Arribas, involucrado en denuncias sobre corrupción y pago de coimas en Brasil. ¿Usted qué piensa de esto?
Quiero decirle una cosa: yo creo que el presidente tiene un compromiso de lucha contra la corrupción. La sociedad, los argentinos, lo votamos. Yo lo voté por eso. Y creo que el presidente está cumpliendo, dando pasos agigantados en busca de transparencia. Creo que el caso de Arribas debe ser aclarado, como lo fue el caso de la Aduana donde el funcionario fue separado hasta que aclare su situación en la Justicia. Yo lo denuncié a Arribas en la Justicia en febrero pasado cuando aparecieron las primeras novedades del tema de las cuentas. Le voy a decir una cosa: el presidente cuando viajó a Brasil, hace menos de dos meses, pidió que se entregue toda la información de Odebrecht. Creo que el presidente no tiene nada que ocultar, tendrá una posición respecto a este funcionario. Pero este funcionario tiene que aclarar no solamente ante la Justicia, que lo va a hacer, aquí hay una declaración de un testigo que jura bajo juramento decir la verdad, si miente comete un delito. Y, por otro lado, creo que el funcionario también le debe aclarar a la sociedad qué es esto, mostrar los documentos que avalen que él no recibió el dinero, que son sus propios extractos bancarios. Lo que llama la atención es que este señor Meirelles que manejó tanto dinero…
Es el arrepentido brasileño.
Exactamente. Recuerde, Arribas, que por ahí recibió el dinero, yo esto no lo discuto. Creo que Arribas tiene y debe aclararlo. Pero también me parece que Meirelles nos tiene que decir los otros 34.250 millones de dólares que giró Odebrecht de acuerdo a la declaración de Marcelo Odebretch en los Estrados Unidos, dónde está y a quién se los pagó.
¿Cuál es hoy el principal problema de la Argentina? Le ofrezco cinco respuestas, por ahí usted tiene alguna que no es ninguna de ellas: El principal problema son las consecuencias de la corrupción kirchneristas; la pobreza que sigue creciendo; la desigualdad social; la inseguridad; o, el liderazgo que Cristina mantiene sobre un sector importante.
Yo creo que el problema que mayormente tiene la Argentina es la pobreza y la falta de un horizonte, de una perspectiva, de crecimiento sostenido que se ha mantenido. Y esta, yo le diría, que es la gran deuda de la democracia en la Argentina. Pero creo que todo eso tiene una respuesta y consecuencias que tienen que ver con una situación estructural de corrupción, de mafias, en el poder que se han enquistado y que han conseguido privilegios que han generado mucho estas situaciones que no permiten ni el crecimiento y que generan pobreza.
En un reportaje en Clarín, el domingo pasado, el presidente Macri dijo que en octubre la gente tiene que elegir entre “seguir con el cambio o volver al populismo”. ¿Se puede construir algo sólido hacia el futuro si lo único que hacemos es “remover el cuchillo” en la grieta?
Yo coincido con el presidente. Creo que se juega mucho en esta elección por eso nosotros tomamos la decisión de apostar y de fortalecer Cambiemos. Lo que se juega es si estos primeros pasos incipientes, por ejemplo, la lucha contra la corrupción policial, penitenciaria, la Justicia que está dando la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, en la Ciudad también. A mí me parece que, si seguimos avanzando en estos cambios o retrocedemos, definitivamente las mafias toman el poder. Creo que eso es lo que se está jugando en esta elección. Creo que el gobierno del presidente Macri es un tránsito, es un puente, desde el pasado hacia un futuro que creo que los argentinos nos merecemos y podemos lograr.
¿Por qué cree usted que la gobernadora María Eugenia Vidal, la figura política más popular hoy en la Argentina según cualquier encuesta, la quiso a usted y la tiene a usted a su lado trabajando en la Provincia —uno supone que probablemente usted sea candidata en octubre— y no la quiso a Elisa Carrió en la Provincia de Buenos Aires?
Yo no diría eso. Yo quiero ayudar y hace varios meses que venimos hablando y trabajando en los temas que conozco. Que tienen que ver con la tercera edad, con la posibilidad de implementar algunos cambios, empezar a pensar redes de contención para una situación social que va a ser real en poco tiempo con la posibilidad de que todos vivamos más. Pero también tenemos que generar planes y adaptar sistemas a esto. Nos parecemos en eso con María Eugenia que trabajamos mucho con bajo perfil y nos gusta hacer cosas. Creo que eso nos une.
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