La Casa Rosada por dentro: con Macri de viaje, cómo la están reformando

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Cuando Daniel Scioli se impuso en las PASO de 2015, su compañero de fórmula Carlos Zannini, por entonces secretario de Legal y Técnica, se apuró en dar la orden para que en el segundo piso de Casa Rosada comenzaran los trabajos de remodelación en una área en la que se emplazaba el viejo comedor -y que había quedado virtualmente abandonada tras su cierre-, justo arriba del despacho presidencial: su idea era no perder tiempo e instalarse arriba del ex gobernador desde el 10 de diciembre. Por aquellos meses, esto alentaba las bromas, incluso entre los sciolistas, respecto al control kirchnerista al que estaría sometido el motonauta como jefe de Estado.

Los trabajos en el segundo piso de Casa Rosada.

Pero los trabajos se frenaron tras el impacto que implicó el triunfo por escaso margen de Macri en el balotaje. Y esa zona volvió a quedar en desuso. Hasta principios de este año, cuando luego de meses de estudio, la administración macrista dispuso la remodelación integral de toda la Casa Rosada. La obra, a cargo de la Secretaría General que dirige Fernando de Andreis y que contempla una inversión de $ 285 millones, comenzó justo allí.

Los trabajos en el segundo piso de Casa Rosada.

Y hoy, con el jefe de Estado en plena gira por Asia, la obra toma impulso, según pudo corroborar Clarín en una recorrida: finalizó la primera etapa, de demolición, y ya se avanza en las tareas de albañilería, no sólo en esa área sino en todo el sector que da a las avenidas Rivadavia y Alem, por encima del despacho de Macri y de los salones Blanco, Norte y Eva Perón.

Se trata de un sector de más de 2.100 metros cuadrados en el que se harán oficinas que permitirán duplicar la capacidad de empleados que trabajan para el Gobierno y que actualmente deben repartirse en otros edificios cercanos a Plaza de Mayo.

Los trabajos en el segundo piso de Casa Rosada.

Aunque hoy el Gobierno no tiene definido a quiénes le corresponderán. Ningún funcionario, incluida la vice Gabriela Michetti quien tiene su despacho pese a estar instalada en el Senado, se quiere mudar del estratégico primer piso, zona de influencia del Presidente.

La demolición, dicen en Presidencia, implicó extremo cuidado porque el peligro de derrumbe siempre está latente: “En este tipo de edificios históricos se requiere un cuidado muy especial porque hay refuerzos estructurales realizados en otras épocas, que merecen una especial atención porque, en la mayoría de los casos, no están documentados”, advierten quienes están al tanto del avance del proyecto, a cargo de la arquitecta Marité Berdasco.

Los trabajos en el segundo piso de Casa Rosada.

Esa fue una de las quejas hacia el kirchnerismo que había planteado el propio De Andreis cuando anunció el plan integral de reforma: “Lo que encontramos fue lamentable. No recibimos ningún plan o manual que tenga que ver con el mantenimiento de la casa”, reclamó.

Y las condiciones en las que se hallaba la casa complicaron aún más los trabajos. “La etapa de demolición tuvo que ser repensada porque la estructura original, descubierta al desmontar cielorrasos, se encontraba en franco deterioro”, explican.

Antes: escombros, en plena etapa de demolición

Como el Presidente pidió no detener los trabajos en función de su agenda, el ruido de los mazazos se llegó a colar en varios actos que encabezó en el Salón Blanco.

Acaso sea una nueva estrategia de diferenciación del Gobierno, donde se jactan de esta actitud del jefe de Estado y la contrastan con las quejas que, según contó Oscar Parrilli años atrás, esbozaba Cristina y, en definitiva, motivaron que el área quede durante años abandonada: “Cuando hacían milanesas, los golpes le impedían trabajar a la Presidenta porque la cocina justo está arriba del despacho presidencial”, justificó el ex secretario general de Presidencia.

Antes: escombros, en plena etapa de demolición

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