Mauricio Macri busca que 80 mil personas por año consigan trabajo y dejen de cobrar planes

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Luego de que el Presidente Mauricio Macri anunciara el Plan Empalme en el acto que encabezó con sectores del peronismo por el 1° de mayo, Clarín pudo conocer los detalles del programa que busca subsidiar a las empresas que incorporen a beneficiarios de los planes sociales.

“Se busca que cientos de miles de personas, muchos jóvenes, que están cobrando subsidios desde el año 2001 puedan incorporarse al sistema de trabajo formal”, dijo el martes Macri en un acto en una cooperativa de Florencio Varela en el que volvió a referirse al proyecto. En los hecho, el programa por el cual el Gobierno seguirá pagando a esos trabajadores el monto del plan que ya recibían -y las empresas que empleen a esa gente tomarán como parte del sueldo- entrará en vigencia tras el decreto que firmará el Presidente en los próximos días. Para incorporar a los beneficiarios, las empresas deberán registrarse en las oficinas de empleo del Ministerio de Trabajo.

El universo de posibles beneficiarios alcanza a alrededor de un millón de personas ya que incluye a los programas del Ministerio de Trabajo y de Desarrollo Social como el Jóvenes con Más y Mejor Trabajo, Seguro de Capacitación y Empleo, Progresar, Promover, Prestaciones de Desempleo, Ellas Hacen, Construir Empleo, Intercosecha y los egresados de los cursos de Formación Profesional.

Con el plan en marcha, el Gobierno seguirá pagando el subsidio al trabajador empleado por la empresa privada hasta 24 meses según el sector. Y la empresa deberá pagar el sueldo, previa deducción del subsidio. Así, el trabajador cobrará parte de su salario del Estado y parte de la empresa. Como los subsidios actuales, según los planes van de $ 900 a $ 4.000, el beneficio que recibirá la empresa va a depender del valor del plan de empleo.

Así, si el sueldo formal de la actividad o de la empresa que tome a esos beneficiarios es de $ 12.000 netos, la empresa pagará entre 8.000 y 11.100 pesos mensuales y el trabajador recibirá la diferencia del Gobierno equivalente al valor del plan. Se descuenta que las empresas que quieran maximizar el subsidio, preferirán emplear a los que actualmente cobran más, si reúne el perfil y las condiciones que busca el empleador.

Además, las empresas pagarán las cargas sociales de esos trabajadores sobre el salario que pagan (en el ejemplo, entre $ 8.000 y $ 11.100) lo que constituye un beneficio adicional.

Para evitar que los trabajadores formales que están en actividad puedan ser sustituidos por los que entren a través del Plan Empalme, el decreto especificará que el nuevo empleo deberá ubicarse por encima de la dotación de personal que tenia la empresa a diciembre de 2016. El control y la fiscalización serán claves para evitar cualquier “efecto sustitución”.

Otro punto clave es que el nuevo trabajador proveniente de los planes podrá ser despedido por el empleador en los términos que marca la legislación laboral. En ese caso seguirá cobrando el plan de empleo.

La apuesta del Gobierno es que al estar eximido de pagar una parte del salario y de las cargas sociales, las empresas tomen más gente. Y esa apuesta dependerá de las posibilidades de ampliación de la producción y de las ventas tanto al mercado interno como al exterior y también de la empleabilidad o capacitación de esos trabajadores.

El Ministro de Trabajo, Jorge Triaca, fue optimista con el alcance del plan. “Proyectamos que en los primeros meses va a abarcar de 5.000 a 10.000 personas adicionales por mes. Y esperamos que unas 80.000 personas puedan incorporarse año a año”.

En los últimos años el empleo privado formal se mantuvo estancado, con un incremento promedio anual de 40.000 puestos laborales. Los datos de la AFIP marcan que en marzo las empresas privadas declararon aportes sobre 6.529.891 trabajadores cuando un año antes se registraron 6.555.412: son 25.521 puestos laborales privados menos. Los sectores más afectados son la industria manufacturera, minería y transporte, mientras registran más empleo servicios sociales e intermediación financiera. El resto de los sectores se mantiene con pocas variaciones, en tanto la construcción aparece con un repunte.

Dado el millón de beneficiarios de los planes sociales -más la nueva gente joven que se incorpora al mercado laboral- el plan incentiva y aumenta la oferta laboral, mientras la demanda de trabajadores por parte de las empresas privadas marcha a ritmo mucho más lento. La reversión de este desfase es clave porque el Plan Empalme no crea nuevas fuentes de trabajo sino que incentiva, con subsidios a las empresas, el pase de beneficiarios de planes sociales al empleo privado registrado o formal.

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