Ante la posibilidad de la reducción del cuerpo de trabajadores del Senasa, ATE confirmó una medida de fuerza que inició este martes, interrumpiendo la actividad de importación y exportación en puertos, aeropuertos y aduanas.
Comenzó el paro de 48 horas convocado por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), generando un impacto significativo en sectores clave como puertos, aeropuertos y aduanas. La medida de fuerza podría empalmarse con el fin de semana XXL de Semana Santa y los feriados del 2 de abril, por lo que podría impactar de forma severa en los servicios.
Se tomó esta decisión ante la posibilidad de despido del 30% de los trabajadores del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), ente encargado de ejecutar las políticas de prevención sanitaria en alimentos, animales y vegetales y controlar el cumplimiento de las normativas vigentes.
Además, la medida de fuerza surge como respuesta al rechazo del aumento salarial propuesto por el Gobierno, que ofreció un 8% para marzo, una cifra considerada inaceptable por los trabajadores estatales.
Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE, expresó su rechazo firme a la propuesta gubernamental, calificándola como un impulso hacia un ajuste severo que empujaría a la pobreza a miles de empleados públicos. Además, se anunció un acto frente a la Secretaría de Agricultura Familiar como parte de las acciones de protesta.
La situación se agrava con el estado de alerta ante posibles despidos que podrían ocurrir la próxima semana, lo que llevó a la intensificación de las medidas de fuerza. El paro de 48 horas no solo afectará el funcionamiento de entidades como el Senasa, sino que también podría tener repercusiones en las exportaciones, dado el impacto en puertos y aduanas.
En cuanto a las negociaciones, la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) aceptó la oferta salarial, que se reflejará en los haberes de marzo a través de una planilla complementaria. Sin embargo, ATE mantiene su postura de rechazo, evidenciando un estancamiento en las conversaciones y anticipando un aumento en la conflictividad gremial en las próximas semanas.
Los representantes sindicales de ATE dejaron en claro que sus demandas van más allá de lo meramente salarial. Exigen la garantía de que ningún trabajador estatal quede por debajo de la línea de pobreza, aumentos salariales por encima de la inflación, la apertura de todos los Convenios Colectivos de Trabajo sectoriales, entre otros puntos fundamentales para la defensa de los derechos laborales y la estabilidad del empleo público.