Poco después, fue nombrada embajadora de los discapacitados, por el Concejo Deliberante de Candelaria. De cara a las fiestas de fin de año y acompañada por sus padres impulsa una colecta de juguetes y pan dulce para los niños del comedor Doña Pila – ubicado en el barrio 8 de octubre-, que alimenta a unos 160 chicos.
En diálogo con El Territorio, Valentina dice: “Quiero juntar juguetes para que así como yo tengo mi regalo en todas las navidades, también los tengan aquellos chicos que no conocen lo que es un regalo”.
“Mi madre siempre me cuenta que ella cuando era chica, muchas veces Papá Noel no llegaba a su arbolito, que sus muñecas eran de trapitos hechas en la casa y aunque ella se divertía mucho jugando con esas muñecas, quería una de verdad, entonces me puse a pensar y le pedí a mi mami que me ayude a juntar los juguetes para los chicos a los que Papá Noel no le puede traer nada”, comenta la pequeña con tanta inocencia como bondad.
Valentina se impone a diario a las secuelas de haber nacido prematura. Nació a las 26 semanas de gestación y pesó 800 gramos. Su melliza no sobrevivió.
De pequeña sabe su historia. La familia no le ocultó nada y siempre la alentó a superarse. “A medida que fue creciendo le fuimos dando la oportunidad de inclusión en todo, que ella sepa que aunque no tiene forma de caminar de por si sola, no le impide que realice distintas actividades, ella baila folclore desde su silla de ruedas, juega al básquet, al vóley, la discapacidad de un niño no debe impedirle realizar tareas. Ellos tienen que ser incluidos en todo, para que de esa manera ellos se sientan seguros ante la sociedad también”, asevera Paola Paniagua, quien ostenta con orgullo el título de madre de Valentina.
“Sabíamos que ella tenía problemas, fue un embarazo difícil, incluso me habían dado la posibilidad de no tenerla, pero en familia decidimos que sí, y aunque le han quedado secuelas muy importantes de su prematurez… pero no nos arrepentimos de la decisión, porque Vale es muy especial, tiene mucha fortaleza porque así le fuimos inculcando desde sus primeros meses”, relata Paola.
Y agrega que tiene fe de que con los tratamientos que se está haciendo Valentina, logre caminar.
“Ella tiene 11 años y yo estoy segura que con la operación que se tiene que realizar, va a caminar, porque tiene esa posibilidad, y que va a poder bailar su vals de los 15 años (…) Ya parece que la veo a mi hija en ese momento, soy una madre muy agradecida a la vida, a mi familia, a mis otros hijos, por el acompañamiento que me brindan y el acompañamiento a ella, realmente eso es lo que impulsa alto y dan ganas de seguir luchando para que logre el objetivo”, dice.
Sobre la colecta de juguetes, Paola dijo que ni bien a Valentina se le ocurrió la idea, no tuvimos inconvenientes en apoyarla y ojalá juntemos muchos como ella lo desea.
Silla de ruedas especial
Paola cuenta además que después del 20 de junio, cuando el gobernador Hugo Passalacqua vio bailar a la nena en su silla de ruedas, logró que la obra social de la provincia le compre la silla especial que necesitaba para corregir su postura.
Previamente, había recibido muchas negativas. “Por el costo que tiene no la podíamos comprar nosotros, así que el gobernador y el doctor Arce se merecen mi reconocimiento”, agregó la madre. “Nosotros no bajamos los brazos nunca y los resultados están: Valentina tenía casi un 90 por ciento de discapacidad y hoy sólo el 35, va a la escuela, pasó a sexto grado, estoy segura que va a lograr muchas metas en la vida”.