Los animales fueron hallados por productores en el paraje Tirica, ubicado por la ruta provincial 19, que une las localidades de Andresito y Wanda. El primer hallazgo fue hace un par de meses y el segundo hace dos días. “Ambos felinos fueron entregados por colonos de la zona de Andresito, así que queremos agradecer esta actitud tan responsable, de dar aviso a los guardaparques”, explicó, en diálogo con El Territorio, Javier Patzer, jefe de Áreas Naturales Protegidas de Ecología.
En ese sentido, los funcionarios ecológicos realizaron un seguimiento para determinar de dónde provenía el felino; luego de varios días de vigilancia, se pudo ubicar una segunda cría de puma también en la zona. “Las dos crías se encontraban con necesidades de alimentos, así que automáticamente se los derivó al centro de rehabilitación de vida salvaje, Güira Oga, donde ambas se encuentran al cuidado de profesionales”, comentó.
“No es normal encontrar crías de puma”, deslizó Patzer y agregó, “resulta que es difícil que la madre abandone a las crías, suponemos que pudo haber sucedido que la mamá murió por causas naturales o algún cazador furtivo”. En tanto, aclaró que el puma no es un animal en peligro de extinción en Misiones.
En cuanto a la posibilidad de reinsertar a los pumas a su hábitat, el funcionario de Ecología señaló: “Habría que esperar que lleguen a una edad juvenil para ver si es posible, porque puede ser peligrosa la reintroducción a la fauna silvestre”. “Por ahora, la idea es que tengan el menor contacto con las personas, hay que darle la posibilidad de rehabilitarse y después evaluar si vuelven al medio ambiente”. Sucede que los felinos tienen apenas meses y de ser devueltos al monte son escasas sus expectativas de vida.
Un refugio para la fauna silvestre
La provincia cuenta con dos lugares para recuperación y rehabilitación de la fauna silvetre. Uno es El Puma, en Candelaria; y otro el Güira Oga en Puerto Iguazú.
Güirá Ora está ubicado sobre la ruta nacional 12, a trece kilómetros de las Cataratas, y pegado al Parque Nacional Iguazú. Las 20 hectáreas que pertenecen al gobierno provincial están resguardadas por ley bajo la figura de ‘Paisaje Protegido’, lo que permite el funcionamiento de un centro de estas características que llevan adelante desde 1996, Jorge Anfuso, director del lugar, y su mujer Silvia.
Este refugio tiene por misión rescatar a los animales de la selva misionera, víctimas del tráfico de fauna, atropellados en las rutas, heridos por cazadores furtivos o entregados voluntariamente por la población. Y liberar a los que tengan posibilidades de sobrevivir en la naturaleza.
