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El mejor escenario comercial en el que se sembró el trigo en el otoño pasado, por la quita de retenciones y de las restricciones a la comercialización del cereal, tuvo un fuerte impacto en la inversión en semillas, fertilizantes y otros insumos para impulsar los rendimientos.
Un relevamiento que realizaron especialistas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que se presentó esta semana, destacó que si se compara la campaña triguera del ciclo 2014/15 con la de 2016/17, la superficie en la que se utilizó alta tecnología se duplicó y pasó del 17% al 35% del área sembrada con el cultivo.
“Además, la zona con nivel bajo de tecnología disminuyó del 45% al 19% en el mismo período. El nivel tecnológico medio también aumentó: creció de un 38% a un 46% a nivel nacional”, señala el informe.
Proyectan que el área de siembra de trigo crecerá a 5,5 millones de hectáreas
Los expertos de la Bolsa porteña contaron que en el caso de la cebada, el nivel alto de tecnología se recuperó del 35% al 55% del área sembrada, mientras que la adopción de nivel bajo pasó de 26% a sólo 8%. El nivel tecnológico medio se mantuvo relativamente estable, de 39% a 37% en el mismo período.
“Una de las conclusiones es que mejoró el cuidado sanitario de ambos cultivos, con una mejor planificación de las aplicaciones y menores dosis de herbicidas. Se suma el uso de fungicidas con mayor participación de mezclas dobles y triples, mostrando un mayor nivel de inversión en este aspecto”, puntualizaron los técnicos.
A nivel de fertilización se observaron mayores dosis aplicadas y más área fertilizada. En trigo, la dosis media aplicada de nitrógeno creció un 25%, mientras que en cebada esto fue del 12%.
El nitrógeno en trigo mejoró el potencial del cultivo y promovió una mejor calidad de grano a cosecha. La aplicación de fósforo también subió un 8% en trigo y un 16% en cebada.
El relevamiento permite identificar con un nivel de detalle regional la utilización de procesos e insumos para los distintos planteos productivos en cada cultivo. En concreto relaciona información de 17 regiones agrícolas, 8 cultivos y 3 niveles de tecnología con hasta 75 variables de medición en cada uno. “El resultado es una herramienta con un potencial de hasta 30 mil datos en cada campaña”, destacaron desde la Bolsa porteña.
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