Cómo lavar el tanque luego de una pulverización

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Después de una aplicación en un lote, la falta de lavado o un método incorrecto para hacerlo puede provocar que queden restos de productos en los pliegues y rugosidades que tiene el lado interno del tanque de la pulverizadora. “Estos residuos son una amenaza, ya que pueden generar daños por fitotoxicidad al cultivo al que queremos proteger cuando se vuelva a utilizar el equipo”, advierte un informe de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe).

Para evitar estos riesgos, es muy importante realizar el correcto enjuague del tanque una vez finalizada la aplicación. En primer lugar, es importante controlar que no existan remanentes de caldo en el tanque. En el caso que hubiera un sobrante, deberá diluirse al menos en cinco veces su volumen y volcarlo sobre el mismo lote en el que se aplicó el producto. “En este punto es importante realizar la correcta dosificación del equipo a fin de evitar que se generen remanentes”, indican los especialistas de Casafe.

En relación con el cuidado de la pulverizadora, hay que diferenciar dos tipos de lavado. El primero es el enjuague, que se realiza al finalizar la jornada. “Si no se modificará el producto a utilizar o si han quedado hectáreas por aplicar en el lote o sobre el mismo cultivo, se podrá proceder a un lavado único con agua”, señala el informe.

En esta situación, la finalidad es mantener el buen estado de la maquinaria y evitar que queden restos de producto que puedan adherirse a las paredes. También es importante, para evitar el riesgo de contaminación, realizar un lavado externo del equipo.

El segundo tipo es el lavado profundo, que se lleva adelante cuando se modifica el producto a aplicar. “Se recomienda utilizar productos presentes en el mercado que permiten inactivar los restos del caldo aplicado y desprender fácilmente los que puedan haber quedado en el tanque”, aconseja Casafe.

Para realizar el lavado del tanque se recomienda seguir el mismo concepto que para el lavado de envases de agroquímicos; es decir, es preferible lavar varias veces con poca agua que solo una con una gran cantidad. Por lo cual se deberá llenar una cuarta parte de la capacidad del tanque con agua y colocar la cantidad de producto limpiador que indique la etiqueta del mismo. En algunos casos, la cantidad de agua a diluir junto con el producto podrá variar de acuerdo al producto limpiador a utilizar.

Una vez llenado el tanque con la cantidad de agua adecuada, se procederá a activar el sistema de limpieza (en el caso de que la maquinaria lo posea) o el sistema de retorno, el cual generará que el líquido presente en tanque se movilice por todos los conductos de la maquinaria. Además es importante controlar que el sistema de agitación funcione a fin de que todas las paredes internas del tanque tengan contacto con el agua de lavado.

En algunos casos podrán realizarse leves movimiento hacia adelante y hacia atrás con el equipo para lograr el correcto mojado de todo el tanque contenedor. “Se recomienda mantener el lavado por 15 minutos y posteriormente abrir el flujo de la barra para que el agua de lavado sea desagotada. Este procedimiento deberá repetirse al menos dos veces más. Realizando un último y cuarto enjuague únicamente con agua”, recuerda el informe.

Al lavar la parte exterior del equipo hay que tener en cuenta que los lugares en los que suelen observarse restos de productos son el sector de carga, los picos y el botalón. “Se recomienda limpiar uno a uno los filtros y picos de la máquina pulverizadora, ya que remanentes de productos podrían generar una obstrucción y afectar la calidad de la aplicación”, advierte Casafe.

Tanto este como cualquier otro procedimiento que implique tomar contacto con un producto deberá realizarse con el correcto equipo de protección personal, que incluya guantes de nitrilo, botas impermeables y overol o mameluco.

En cuanto al espacio en el que se debe realizar la operación, se recomienda contar con un lugar destinado para el lavado de la maquinaria, que puede ser un playón impermeable con un sistema que permita recolectar el agua de lavado para su posterior disposición de acuerdo a la legislación vigente. En el caso de no contar con esta opción, se recomienda verter el agua de lavado en el mismo lote donde se aplicó.

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