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El Indio Solari atravesó esta mañana, minutos después de las 11, los 3 kilómetros de camino de ripio que separan al Aeroclub de Olavarría de la ciudad, para emprender su regreso a Buenos Aires en un vuelo privado que despegó a las 11.20 con dos tripulantes y cuatro pasajeros. Así dejó atrás la ciudad en la que tuvo lugar el sábado el trágico show en el que dos personas perdieron la vida.
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A bordo de una camioneta 4×4 con vidrios polarizados y escoltado por otra de similares características, el Indio y parte de sus colaboradores estacionaron a metros de la aeronave, lo que originó un llamado de atención por parte de las autoridades de la estación aérea, tal como le confirmó Clarín esta mañana personal del lugar, ya que “está prohibido que los pasajeros ingresen con autos hasta la pista”.
Sin hacer contacto con el personal del lugar y ni uso de las instalaciones, el Indio y sus tres acompañantes se subieron raudamente a la nave matrícula LV-GQN, un Embraer Phenon 100 de 2012 que fue rentado a la empresa SEA S.A. y que había aterrizado en la ciudad de Olavarría pasadas las 10.
El vuelo partió sin registrar nombres y apellidos de los pasajeros, ya que se trata éste de uno de los tantos aeropuertos no controlados del país, donde el piloto con solo asentar sus datos y el número de ocupantes de la nave ya queda habilitado para despegar, según explicaron a este medio fuentes del Aeroclub.
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Mientras toda la atención se concentraba en el hospital de la ciudad y en la fiscalía, en las puertas del Hotel Santa Rosa, donde se hospedó el cantante y su banda, un empleado del hotel protagonizó lo que pudo haber sido una puesta en escena para distraer la atención de la prensa. Molesto por la presencia periodística, un hombre de unos 50 años salió a la calle e insultó a un camarógrafo que se encontraba en la puerta, lo que generó un revuelo que rápidamente se diluyó. Minutos después ya era un hecho que Solari había abandonado las instalaciones por un portón trasero. Hasta se habilitó al público el bar de la plata baja del hotel, algo impensado horas atrás ya que el establecimiento parecía haber sido tomado por Solari y su staff.
Con el Indio ya en Buenos Aires, en Olavarría el escenario ahora es netamente político y judicial. Se aguarda la llegada de familiares de una de las víctimas y la palabra de la fiscal del caso, que, por el momento, no hizo declaraciones.
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