Perdimos a uno de los más grandes pensadores y hacedores de la educación

Por Elena Duro

Hoy la educación está de luto. Perdimos a uno de los más grandes pensadores y hacedores de la educación de nuestro país. La lucha de Juan Carlos Tedesco fue constante para aportar a una educación de calidad para todos que promoviera sociedades más justas. Su enorme producción y generación de nuevas ideas, visiones y perspectivas deja un gran legado al que debemos saber honrar.

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Su producción siempre tuvo una visión de futuro. “No nos quedemos sólo en la coyuntura, pensemos la educación a mediano y largo plazo” era una frase común en nuestros diálogos. Fue propositivo y plasmaba sus ideas e ideales en políticas y planes, con metas claras y fundamento para alcanzarlas en todo ámbito e institución en donde ejerció su trayectoria. Desde su querido Joaquín V. González, la UNESCO en París, el IIPE Unesco en Buenos Aires, como Ministro de Educación de la Nación y en los ámbitos universitarios, donde desarrolló su actividad en estos últimos años. Su peso a nivel regional fue invalorable. No era solo nuestro, fue de todos.

Su generosidad con aquellos que tuvimos el enorme privilegio de trabajar a lo largo de los años junto a él, en distintos temas y diferentes equipos, nos dio la oportunidad de aprender a través del trabajo conjunto, de los incesantes y enriquecedores diálogos, así como de los debates que propiciaba. El valor democrático de su esencia lo trasladó siempre al ámbito deliberativo, aceptando la confluencia pacífica de ideas no siempre coincidentes que inducían a seguir pensando. Formó profesionales, equipos y siempre impulsó el trabajo colaborativo.

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Vamos a extrañar su mirada comprometida, sensata y apasionada

Repasar su gran obra sería imposible en esta despedida, pero invito a leer y releer cada una de sus páginas.

Querido Maestro y entrañable amigo, te vamos a extrañar. Muchos vamos a seguir trabajando desde cada uno de nuestros lugares para impulsar tu ideal: la educación es la manera en que lograremos una sociedad más justa.

Quedo con la tristeza de tu ausencia, pero con la fuerza de tus palabras, escritos y consejos. Siempre estarás presente guiando el trabajo en pos de la meta anhelada.