Reclamo de justicia a dos años de una tragedia en las aguas del Delta

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Cuando la isleña María Antonia Ledezca pasa por el cruce del Río Luján y el Arroyo Gambado, en la Primera Sección del Delta, prefiere cerrar los ojos: justo allí perdió la vida su marido, Víctor Hugo Zavala (63), el 8 de abril de 2015, luego de que una lancha tracker embistiera la canoa en la que viajaban hacia Tigre Centro para comprarle el regalo de cumpleaños a una de sus nietas. Ella se salvó: “Fue un milagro de Dios”, se convence. El sábado pasado se cumplieron dos años del accidente y la mujer asegura: “No hay palabras para expresar la sensación que siento cuando paso por ese lugar. Es tanto el dolor. Yo tenía todo, a mi esposo. Voy a seguir adelante para que el hombre que lo mató pague por lo que hizo”. La persona a la que hace referencia es Santiago Serantes, el conductor de la embarcación que está libre e imputado por “homicidio culposo”.

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Voy a seguir adelante para que el hombre que lo mató pague por lo que hizo

María Antonia Ledezca, esposa de la víctima

Desde que ocurrió el fatal accidente, Ledezca sigue viviendo a 10 minutos del lugar del hecho, junto a su hija menor. A los 54 años debe convivir con las secuelas que le dejó el choque: “Estuve al borde de la muerte, estuve una semana dormida en el hospital, varias costillas me perforaron un pulmón. Quedé con asma. Durante un mes y medio no pude caminar, a veces me cuesta”, relata. Pese a las dificultades de salud, seis meses después del hecho volvió a trabajar. Hoy está desocupada.

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“Yo necesitaba seguir adelante. Hoy tengo fuerzas para luchar. No quiero que esto quede en la nada, que exista alguna clase de justicia y el conductor de la lancha que mató a mi marido pague por lo que hizo, no entiendo cómo nunca quedó detenido”, señala Ledezca. Tanto ella como su familia insisten en que el proceso judicial “viene demorando un montón”.

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La pena que le imponga el juez por la causa penal la usaremos como prueba en el civil, que podría resolverse el año que viene

Marcelo Gil, abogado de María Ledezca

Su abogado Marcelo Gil explica que están en curso dos causas: una penal, cuyo juicio recién podría desarrollarse antes de fin de año; y la civil, que él lleva adelante. “La pena que le imponga el juez por la causa penal la usaremos como prueba en el civil, que podría resolverse el año que viene”, calculó el letrado.

Por su parte, José Vera, abogado de Serantes, conocido en Tigre por la inmobiliaria que lleva su apellido, insiste en la “inocencia” de su cliente: “La embarcación de Zavala tenía irregularidades y él no murió por el choque sino porque se ahogó. No tenía chaleco salvavidas”.

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