Frente al Decreto 812/2025 del Poder Ejecutivo Nacional, publicado el pasado 18 de noviembre, que suprime las facultades regulatorias del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) en materia de precios de la cadena productiva, el ministro de Hacienda, Adolfo Safrán consideró necesario aclarar algunas cuestiones, “ya que quien no conoce cómo funciona el mercado yerbatero arriba a conclusiones equivocadas y, en definitiva, impulsa medidas desregulatorias que están perjudicando seriamente a la mayoría del sector”.
El titular de la cartera económica provincial expuso su postura en su cuenta de la red X que a continuación se transcribe:
Como observó el gobernador Hugo Passalacqua al respecto, llamando la atención sobre los riesgos de mayor concentración en el sector, únicamente un mercado equilibrado garantiza que todos los actores involucrados en el proceso productivo de la yerba mate puedan vivir de su trabajo.
En primer lugar destacar que el productor primario de yerba mate no fija el precio de la hoja verde. El valor lo establecen los compradores (secaderos) a partir del precio que reciban de la yerba mate canchada. Estos a su vez, tampoco fijan el precio, sino que son los acopiadores y molinos quienes lo fijan al momento de la compra de la materia prima. Esto ocurre porque en el mercado yerbatero, históricamente, hay mayor atomización en la oferta (con más de 13.000 productores) frente a la alta concentración de la demanda (con cerca de 130 molinos y muchos menos supermercados).
Por otra parte, a diferencia de otro tipo de producciones primarias en donde el productor puede almacenar la materia prima, como el caso de la soja con las silobolsas, el productor de yerba mate no tiene la posibilidad de acopiar la yerba cosechada: o cosecha la hoja verde y la entrega al precio que le paguen, o no la cosecha y las hojas luego de la temporada se caen y es una temporada no realizada.
Aunque es cierto que como todo producto agrícola la yerba mate también tiene ciclos de sobreproducción o escasez que influyen en el precio, las funciones regulatorias que históricamente tuvo el INYM no consisten únicamente en fijar precios mínimos que se cumplirían sin tensiones en el mercado.
También es importante remarcar la necesidad de una política activa para el sector que incentive la apertura de nuevos mercados y nuevos usos de la yerba mate, factores que permitirían estimular la demanda y de esa manera ayudar a sostener el precio que reciben los productores. Medidas que desde el Gobierno provincial se vienen implementando con buenos resultados y grandes posibilidades de éxito a mediano plazo.
Esta política de desregulación del Gobierno nacional, que se inició con el primer Decreto de Necesidad y Urgencia de diciembre de 2023 que no fue acompañado por los legisladores de Innovación Federal, y que incluso generó una presentación judicial del Gobierno provincial para restituir las facultades regulatorias del INYM, provocó desde entonces hasta el presente una caída de más del 77% en términos reales en el precio de la hoja verde; una disminución en los precios que no puede explicarse por la mayor producción de hoja verde durante los años 2024 y 2025.
Esta situación también está generando que aparezcan nuevas marcas de emprendimientos que encuentran mucho más rentable vender yerba mate molida envasada que la yerba canchada. De ese modo, el mercado se diversifica aún más con nuevas marcas, con diferentes precios pero también diferentes calidades. En este punto vuelven a cobrar relevancia las funciones del INYM, no solamente para regular los precios sino también para controlar la calidad del producto; sobre todo el porcentaje de palo, que afecta a la demanda de yerba y también su calidad…
Incluso frente a la difícil coyuntura que atraviesa el sector tras la pérdida de capacidades regulatorias del INYM, es interesante oír que todavía haya productores misioneros que cuestionan la eficacia del rol del Instituto para proteger la rentabilidad de los diferentes actores involucrados en la cadena productiva, sobre todo pequeños productores y tareferos.
En definitiva, desregular el mercado yerbatero, sin un Estado que busque un equilibrio entre todos los sectores, provocará una creciente concentración en la actividad, con menos productores yerbateros, beneficiando a pocos y perjudicando a la gran mayoría, incluyendo también a los consumidores.
Por eso es importante que la cadena productiva, al menos en su gran mayoría, busque generar los consensos necesarios para acordar medidas que vuelvan a dar rentabilidad a todo el sector, en especial al productor y al trabajador de la cosecha.










