Un perito de la Policía Científica asesinó a su novia y a su hermano. Después se pegó un balazo en la cabeza.
Boris Lulich mató este lunes a balazos a su novia y a su hermano porque creía que lo estaban engañando en su propia casa, en la ciudad de Pehuajó, Buenos Aires. Antes de ser asesinada, ella alcanzó a llamar al 911 y dijo que su pareja policía había «malinterpretado» una situación entre ella y su cuñado y que los estaba amenazando con un arma de fuego.
El pedido de ayuda no evitó el trágico desenlace de la historia. Cuando los efectivos llegaron, el perito planimétrico de la Delegación de Policía Científica de Trenque Lauquen-Pehuajó agonizaba en el piso, junto a los cuerpos de Brenda Aylén Rojas y su hermano, Felipe, un año mayor que él.
El doble asesinato ocurrió en el domicilio de la familia, en la calle Cambaceres al 300. El terreno está dividido en tres viviendas, en la primera de ellas vive el padre de los hermanos, en la segunda el policía y su novia y en la tercera el hermano del homicida.
El domingo los cuatro habían cenado juntos en la casa de Lulich padre y minutos después de la medianoche, el hijo mayor se volvió a su casa. Atrás suyo, al parecer, salió la mujer y como pasado un rato no volvía, Boris fue a buscarla y la encontró en la casa de de su hermano.
Según los datos que surgieron en la investigación a partir del llamado al 911 y la escena del crimen con la que se toparon después, la hipótesis más firme es que el policía sorprendió a su hermano y a su novia en una situación confusa que le hizo pensar que algo sucedía entre ellos.
El primer efectivo que llegó a la casa escuchó uno de los disparos y respondió la agresión pensando que le estaban disparando a él, aunque más tarde se comprobó que ese estruendo había sido el tiro con el que el perito se quitó la vida tras cometer el doble crimen.
El cuerpo de Brenda estaba en la entrada de la casa con dos disparos en la espalda, como si la hubieran atacado cuando intentaba escapar corriendo. Felipe, su cuñado, estaba muerto dentro del baño. Tenía dos balazos en el abdomen y un tercero en la cadera. A su lado, encontraron una escopeta calibre 12 de doble caño que había sido detonado.
«Creemos que este hombre trató de defenderse de su hermano con la escopeta y llegó a dispararla pero ese escopetazo dio en una pared sin lastimar a nadie», dijo a Télam uno de los investigadores.
En tanto, el perito Boris agonizaba en la habitación de su hermano con un disparo en la cabeza compatible con un suicidio, según estableció la autopsia. Su arma reglamentaria, una Taurus calibre 9 milímetros, estaba en el piso al lado suyo. El policía apenas sobrevivió el traslado al hospital y murió poco después.
En total se secuestraron tres armas: la del perito, la escopeta que tenía una de las víctimas y el arma del policía que llegó a la escena y abrió fuego pensando que le disparaban. La causa fue caratulada como «doble homicidio agravado seguido de suicidio» y, en principio, aseguraron que no existían denuncias previas por violencia.