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La situación de San Lorenzo, tanto en el torneo local como en la Copa Libertadores, tiene una inmediata consecuencia para los azulgranas: no puede darse ningún lujo. Ubicados en el pelotón que persigue al líder Boca en el ámbito doméstico y último en el Grupo 4 de la Copa (pero aún con chances de pasar de ronda), los de Boedo no están en condiciones de cuidar las piernas de sus futbolistas ni resignar una de las dos competiciones. Es por eso que hoy por la tarde Diego Aguirre pondrá lo mejor que tiene a disposición en su visita a Atlético Tucumán en busca de una victoria que le meta presión al conjunto de Guillermo Barros Schelotto.
El milagro de San Lorenzo también es posible perdiendo o empatando un partido
La tarea, en la previa, no pinta sencilla para San Lorenzo. Es que en lo que va de 2017 salir del Nuevo Gasómetro se transformó en un dolor de cabeza. Hasta ahora, jugó cuatro encuentros en esta condición entre Copa y campeonato, y todavía no ganó: perdió tres y empató uno. Para complicar aún más el panorama, los azulgranas están comenzando a sentir el rigor de la doble competencia y varios de sus jugadores llegan entre algodones. En total son cuatro: Nicolás Blandi, Ezequiel Cerutti, Paulo Díaz y Bautista Merlini. El caso que más preocupa al entrenador es el de Merlini, quien el miércoles sufrió un golpe en el partido en Santiago de Chile ante Universidad Católica. De todas maneras, los cuatro llegarían en condiciones para enfrentar a los tucumanos y serían titulares.
Por otra parte, la Policía de Tucumán dispuso montar un operativo de seguridad especial para el encuentro de hoy por la tarde, y pese a que no habrá hinchas visitantes destinó casi 250 efectivos. Entre ellos habrá 45 que estarán afectados únicamente al programa Tribuna Segura, que se viene desarrollando en los estadios tucumanos desde comienzo de año por una iniciativa del Gobierno.
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