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Por primera vez en el 2017, Boca saldrá a la cancha compartiendo la cima del torneo. Hasta que pite Darío Herrera, el equipo de Guillermo mirará a su costado y se encontrará acompañado en la punta del campeonato que agarró allá por la jornada 13 y de la que jamás se bajó. Hoy, desde las 19.10, deberá ganarle a Arsenal para ahuyentar por fin las incertidumbres que giran en torno a su fortaleza para ir tras el campeonato. También deberá ganar para recomponer su imágen en la Bombonera, en donde resignó cinco puntos desde que se reinició el campeonato, además de no hallar jamás un nivel de dominio ante sus rivales.
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Será, para Barros Schelotto, la prueba más importante justo en la previa a lo que será la trilogía de mayo que lo tendrá visitando a Estudiantes en La Plata en la jornada que viene y recibiendo a River y Newell´s en continuado, en lo que será una recta que puede definir el título. Para ese momento, el DT quiere llegar con su equipo en un mejor momento futbolístico. Es que con las lesiones que sufrió en las últimas semanas, se diluyó aquel Boca asesino que lastimaba cada vez que atacaba.
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Ante un letargo que lleva dos partidos en empates ante rivales inferiores (Patronato y Atlético de Rafaela), el Mellizo tendrá hoy dos golpes de efecto que se asumen positivos. El primero será el tan ansiado regreso de Fernando Gago a la mitad de la cancha. Tras 4 encuentros, el equipo volverá a tener pies y cabeza integentes a disposición del equipo.
Sin embargo, la sorpresa mayor del entrenador pasó por su decisión en el último entrenamiento de la semana, porque incluyó entre los titulares a Gonzalo Maroni, un chico de 18 años que llegó desde Instituto y que desde hace un año está en la Reserva que dirige Rolando Schiavi. Enganche clásico, diestro y con sólo 7 minutos en la Primera (ante Estudiantes, el 15/5 de 2016),
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Maroni será titular desde el inicio para que Boca vuelva a tener un 4-3-1-2 clásico. Pero también entra porque el técnico envió un mensaje al plantel. No encontró en Junior Benítez, Zuqui ni Solís el reemplazo para Ricardo Centurión. Y en un equipo al que le está faltando rebeldía, prefiere apostar a un chico desfachatado. Sale Boca a la cancha para seguir arriba en soledad.
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