El mediocampista Alejandro “Papu” Gómez dio positivo en un control realizado en el Sevilla de España en noviembre de 2022, días antes del Mundial de Qatar y será suspendido por dos años.
Todo sucedió en un entrenamiento del Sevilla cuando se llevó a cabo un control antidopaje sorpresa y, según la versión del futbolista, días antes había pasado una mala noche lo que lo llevó a tomar un jarabe de uno de sus hijos sin una consulta previa a los médicos del club. Este comportamiento no está permitido por las autoridades, ya que al menos debería haber informado antes de tomarlo.
Según trascendió, tanto Gómez como el Sevilla tuvieron conocimiento de esta situación desde hace meses, cuando les llegó la notificación y esto habría sido un impedimento para buscarle equipo al jugador, ya que, ningún club quería asumir riesgos ante el posible castigo que estaba por decidirse. Esta situación provocó que finalmente las partes acordasen la rescisión del contrato del futbolista, que finalizaba en 2024, en el último día de mercado.
En principio, el futbolista quería esperar hasta enero para incorporarse a algún club una vez que supiera si había o no sanción, sin embargo, terminó sumándose al Monza, equipo con el que apenas jugó dos partidos en octubre.