[ad_1]
El mayor acontecimiento deportivo del planeta no encuentra suficientes patrocinadores y el escenario se le complica a la FIFA para conseguir suficientes fondos privados para el Mundial de Fútbol de 2018 en Rusia. Corrupción interna y un país organizador envuelto en prácticas dopantes hacen que las empresas sean reticentes a poner dinero porque se juegan su reputación.
Tras el Mundial de Brasil de 2014 la FIFA perdió a varios de sus grandes patrocinadores, entre ellos algunos gigantes multinacionales como la tecnológica japonesa Sony o la aerolínea del Golfo Pérsico Emirates. Si en 2013 la FIFA ya tenía más de 20 grandes patrocinadores para Brasil 2014, un año antes del arranque del Mundial de Rusia apenas tiene 10.
Rusia 2018: un Mundial en 4K y con realidad aumentada
Según un informe del diario económico británico Financial Times, tanto las empresas multinacionales como los mayores conglomerados empresariales rusos se están pensando dos veces si les interesa patrocinar el Mundial de Rusia por el coste financiero pero también porque estarían calculando los riesgos para su reputación.
Rusia no es el escenario ideal en términos de buena imagen. Además de los problemas de imagen geopolítica –en Europa apoya a los partidos ultraderechistas y sus medios públicos difunden noticias falsas para intentar incidir en los procesos electorales-, el país lleva años envuelto en escándalos de dopaje que llevaron a que los rusos fueran suspendidos de participar en competiciones internacionales de atletismo.
Tampoco las empresas rusas parecen muy dispuesta a rascarse el bolsillo. A un año del Mundial sólo el banco Alfa-Bank firmó un contrato de patrocinio con la FIFA, pero su aportación es menor a las multinacionales.
Otras empresas rusas, que gastaron sumas considerables en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi de 2014 –una montaña de escándalos de dopaje- no parecen dispuesta a financiar ahora el Mundial de fútbol en su país.
Tampoco ayuda la situación de la selección nacional rusa. Clasificada automáticamente como país organizador, Rusia cayó en la primera fase de la Eurocopa 2016 tras empatar con Inglaterra, perder por la mínima con Eslovaquia y ser aplastada por el Gales de Gareth Bale.
En Brasil 2014 tampoco hizo un papel mucho mejor. Dos empates ante las débiles Corea del Sur y Argelia y una derrota contra Bélgica mandaron a los rusos a casa tras la primera fase.
El informe del diario británico apunta a que organizar el Mundial cuesta a la FIFA unos 2.000 millones de dólares sin tener en cuenta el gasto en infraestructuras, estadios y seguridad, que corren a cargo del país organizador.
La FIFA ni siquiera ha conseguido pactar con las televisiones rusas la venta de los derechos del Mundial, que ahora mismo no tendría una televisión que los emitiera para el país anfitrión.
Más allá de los problemas deportivos, financieros, de imagen o de dopaje de Rusia, los casos de corrupción que enlodaron a la propia FIFA en los últimos años tampoco ayudan a conseguir patrocinadores.
[ad_2]
Fuente