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Afirmó Marcelo Gallardo: “Si bien estos partidos te dan una alegría inmensa y se disfrutan muchísimo, no nos da ningún título”. Obviamente, se refería a la definición del campeonato; sin embargo, el Muñeco ayer se graduó. Tenía una materia pendiente: ganar en La Bombonera. Entonces, ¿se recibió de técnico por este triunfo? Mucho más que eso. Porque ya tenía el título de entrenador, además de un posgrado en la Sudamericana 2014, un master en la Libertadores 2015 y especializaciones con las Recopa y la Suruga. Con tantos pergaminos, ayer, en el mítico estadio de Boca, Gallardo uno más: se recibió de Doctor Honoris Causa. Un éxito más en su carrera.
Nació un nuevo campeonato
Para la graduación, Gallardo preparó bien el examen. Y acertó en el planteo para salir aprobado. A diferencia del último Superclásico, el del Monumental el 11 de diciembre de 2016, cuando ganaba 2-1, decidió sacar a Andrés D’Alessandro y lo terminó perdiendo 4-2. Aplazado. Fue el fallo de todos los jueces con el resultado puesto. Y puntualizaron, justamente, ese error. Uno de los méritos ayer fue la ubicación de los volantes ofensivos. En las últimas presentaciones, por delante de Leonardo Ponzio, utilizaba a Gonzalo Martínez por derecha, Ignacio Fernández por el medio y Ariel Rojas por izquierda. La novedad estuvo en tirar a la derecha a Nacho, pasar al medio a Rojas y mandar a la izquierda a Pity. La explosión del ex Huracán por izquierda fue clave. Con el 2-0 consumado, llegó una nueva orden: Nacho Fernández cerrado, casi como un doble cinco. Así, cerró los espacios sobre el generador de juego rival, Fernando Gago. No le hizo marca personal al exquisito volante de Boca, pero le rodeó la manzana. No dejó espacios librados al azar, como había sucedido en Núñez. “Desde lo táctico se hizo un muy buen partido. El equipo fue serio y decisivo”, enfatizó el técnico millonario.
¿Se puede salir campeón después de perder el clásico de local?
Gallardo no superó la prueba solamente por el planteo táctico en La Bombonera. También tuvo buenas decisiones en el camino. Aquello que parecía un error por las compras de Marcelo Larrondo y Luciano Lollo, por sus constantes lesiones, parece estar lejano. Aunque no ingresaron, ambos estuvieron en el banco de suplentes. Otro aspecto positivo fue superar cualquier tipo de conflicto con un goleador como Rodrigo Mora. El uruguayo hace banco, pero ingresa y rinde. Está contento y es un mérito del entrenador. Y una más: paciencia para esperar a un jugador. Lo aguantó a Gonzalo Martínez y el Pity está respondiendo con creces. Por el contrario, al Mellizo Barros Schelotto esta jugada no le está saliendo bien. Apostó y banca al uruguayo Rodrigo Bentancur, pero el pibe que ya sabe que se irá a la Juventus de Italia sigue sin aparecer.
Con este triunfo Gallardo se transformó en séptimo millonario que gana en la Boca como jugador y como técnico. Sigue los pasos de Ángel Labruna, Alfredo Di Stéfano, Daniel Passarella, Américo Gallego, Ramón Díaz y Leonardo Astrada. La graduación tuvo su imagen emotiva. Cuando Gallardo salió del vestuario para hablar en rueda de prensa, dirigentes y allegados lo ovacionaron. “Muñeco, Muñeco”, gritaban, felices. El graduado también estaba feliz.
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