La nueva declaración jurada de Claudio “Chiqui” Tapia dejó al descubierto un patrimonio millonario y un esquema laboral que llamó la atención del mundo político y deportivo.
Aunque preside la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Tapia no declaró ingresos por ese rol. Sin embargo, informó más de $818 millones anuales en ingresos netos, repartidos entre dos empleos de alto rango y un tercer vínculo laboral en el sector privado.
El dato más llamativo proviene de la Conmebol, donde Tapia figura como vicepresidente segundo. Según su propia presentación, la entidad sudamericana le paga cerca de $60 millones por mes por una dedicación de apenas dos horas semanales. Traducido: $7.500.000 por cada hora trabajada.
El resto de sus ingresos proviene de su rol como presidente de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse), la empresa pública de tratamiento de residuos del Área Metropolitana de Buenos Aires. Allí declara trabajar 15 horas semanales, con un ingreso aproximado de $8 millones mensuales.
Pese a ello, los registros de ANSES revelan que Tapia también figura como empleado activo de Solbayres, una compañía privada del mismo rubro que opera en la Ciudad de Buenos Aires. Ese doble vínculo —empresa estatal y empresa privada del mismo sector— generó cuestionamientos por un posible “conflicto de intereses”, aunque Tapia no declaró ingresos formales en ese puesto.
A esto se suman ventas de bienes, intereses financieros y viáticos, que le aportaron otros $200 millones adicionales durante el período declarado.
Un patrimonio en expansión
Tapia declaró siete propiedades, entre ellas:
Una vivienda en Beccar, valuada en US$15,7 millones.
Una propiedad en Río Luján por $3,26 millones.
Terrenos y casas en San Juan, Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
A esto se suman dos vehículos gananciales que totalizan más de $27 millones.
El documento patrimonial también menciona su continua actividad en el club Barracas Central, donde figura como firmante de cheques, pese a no declarar ingresos derivados de esa función.
La revelación de estos números se da en un contexto en el que Tapia quedó envuelto en investigaciones cruzadas que alcanzan incluso su entorno político y deportivo, mientras nuevas denuncias vinculadas al fútbol, empresas de residuos y actividades financieras siguen en análisis judicial.











