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Vélez y Huracán, que se enfrentan hoy desde las 19 en el Amalfitani con el arbitraje de Hernán Mastrangelo y la televisación de la TV Pública, son un símbolo de irregularidad. Hace poco menos de ocho años dirimían el título de campeón en la definición del 5 de julio de 2009 que ganó Vélez 1-0 con gol de Maxi Moralez. Ahora, buscan los puntos como pepitas de oro para descomprimir la delicada situación en los promedios. Descienden cuatro y están entre los últimos ocho. Contando desde abajo, Vélez está octavo y Huracán, séptimo.
La fortaleza de visitante, esa virtud que le permitió a Boca espantar fantasmas y seguir arriba solo
El recorrido de estas ocho temporadas fue bien diferente. Vélez, con Ricardo Gareca como entrenador, ganó otros cuatro títulos y estuvo cerca en la Libertadores 2011, cuando Peñarol lo eliminó en semifinales (el día que Santiago Silva marró el penal). Después, ya con el Turu Flores en el banco, ganó la Supercopa Argentina en enero de 2014. Fue la última alegría. Comenzaron las campañas irregulares que lo llevaron a esta situación. El recambio generacional, la apuesta a los juveniles y el campeonato económico cambiaron la realidad tras dos décadas de éxitos.
Huracán, en cambio, dos años después sufrió el cuarto descenso de su historia. Estuvo tres temporadas tratando de volver. Y lo logró con una secuencia histórica: fue campeón de la Copa Argentina en noviembre de 2014, logró el ascenso a Primera un mes después, fue campeón de la Supercopa Argentina en abril de 2015 y finalista de la Sudamericana en diciembre. Sin embargo, las campañas en los torneos no fueron buenas y otra vez su permanencia está en peligro. Entre aquel partido y este, un mismo protagonista: Cubero, quien hoy cumple 600 partidos en Vélez.
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